| Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Como ser humano, en el transcurrir a través del tiempo y de la propia vida que nos sucede, muchas veces se torna bastante difícil, sobre todo, afirmar -a voluntad propia- la expresión en nuestros comentarios u opiniones de quién o quiénes son las personas que consideramos como si fuesen los “inolvidables amigos”, “siempre está con nosotros”, “nunca nos deja de apoyar”, etc.
Efectivamente, es difícil pero no imposible. Muchas veces cada persona llega a sentir que existen momentos o días que parece que hemos perdido o ganado algo, egoístamente, con nuestro propio esfuerzo. Sin embargo, poco o nada hacemos en ese devenir de la vida que tenemos al no darnos cuenta que ha existido una persona, un amigo que nos ofrece una amistad sincera, honesta e incondicional. Nunca hemos confiado en él y siempre ha estado a nuestro lado. Ese amigo sí existe y, estoy seguro, tiene una diferencia con los demás que conocemos, porque son los únicos que nos puede entender y comprender, incluso, sentir nuestro sentimiento, sea cual fuere la razón.
Es bastante cierto ese dicho que dice que a los amigos es bastante difícil de encontrarlos, pero creo que debemos hallarlos pacientemente, con mucha tranquilidad y reflexionando muchas veces que ellos se sostienen con la fuerza de sus propias manos y su conciencia y amistad férrea. Los amigos no se pierden cuando se deja de ver y no están a nuestro lado, sino cuando verdaderamente nosotros los dejamos de recordar.
Con la comprensión de esta comparación. En épocas vividas de muy joven, trabajaba en la radiodifusión, en la noble profesión del periodismo, en diarios y televisión de difusión nacional; de igual manera, como docente en la tarea educativa, al lado de niños y jóvenes.
Con sinceridad les digo, es imposible olvidar a la vieja amistad de los profesores que siempre estuvieron conmigo en la enseñanza – aprendizaje, pero, tampoco puedo olvidar a los amigos que me enseñaron y trabajaron conmigo en el periodismo. Allí están las tertulias y experiencias donde uno aprende mejor de “viejos guerreros” del periodismo, que aún recuerdo y que siguen en nuestra vida con tranquilidad y paz.
Seguramente, como cualquiera de ustedes, tenemos amigos que ya no están con nosotros -al dejar este mundo- pero, permanecen en nuestros recuerdos, porque nos enseñaron a enfrentar una realidad social diferente. Sus consejos y personalidad no faltan. Muchas veces, sus miradas críticas y reflexivas están en uno mismo. Son amigos tanto de ayer como de hoy, no se han perdido. Su capacidad de indignación sigue aún vigente ante cualquier situación perversa que puede aparecer.
Pese a la difícil situación política y económica que vivimos en el país y a los cambios sociales existentes en esta nueva generación de la sociedad, no olvidemos a nuestros amigos, recordémoslos ahora. Existen, y a veces son difíciles de encontrar, pero sí los hay. Muchas veces no los hallarás con facilidad y la duda invadirá tus criterios. Pero, si hay amigos. Si crees que ellos no existen, demuestra siendo tú el primero y estira tu mano y te darás cuenta que verdaderamente estabas equivocado.
