En medio del dolor, cuando las fuerzas flaquean y el aire escasea, al ver el cuerpo como estatua inerte -en este caso- de Walter Hugo Salazar Castillo dentro de un ataúd, allí precisamente aparecieron sus compañeros de la promoción 1992 – 1994 de la Escuela Técnica del Ejército, a donde perteneció e incluso participó como SO Tec. de 1era. en la Guerra del Cenepa en el año 1995.
Percy, uno de sus compañeros, lo recordó entre tantas anécdotas, como un tipo jovial y muy respetuoso. Así también lo recordó su hermana, quien entre lágrimas dijo: «Había llegado una hora a la casa, almorzó con nosotros y luego volvió a su trabajo porque lo llamaron, pero lamentablemente al cabo de una hora después nos dieron esta noticia», concluyó.
Los restos de Walter, el agente de seguridad víctima de la delincuencia, son velados en su domicilio del asentamiento humano Los Ángeles en el distrito de Pueblo Nuevo en Chincha, y hoy serán trasladados a su antigua vivienda donde pasó muchos años de su vida, en barrio Progreso, Santa Rita. Finamente será conducido a su última morada en el Cementerio General de Chincha.
Walter Hugo, aquella fatídica tarde del martes, recibió 2 impactos de bala por estos delincuentes, que no habían quedado contentos solo con arrebatarle el dinero que custodiaba de la empresa Dijisa y llevarse su arma de fuego, sino también le cegaron la vida, dejando a 3 hijos en la orfandad y a toda una familia de luto.
(Marco Pachas Castilla)
