| Daniel Bravo Dextre
Lo peor que le puede pasar al turismo interno y receptivo de la provincia de Ica es la aparición de elementos de mal vivir, haciendo de las suyas en el principal atractivo turístico de la Tierra del Sol Eterno, Huacachina, donde cada fin de semana llega un mínimo de 10 mil visitantes.
La Policía de Turismo, cuyos efectivos no pasan de cuatro, sólo cuida la parte baja del balneario, cuya labor de vigilancia es secundada por los guardaparques que más se limitan a evitar que los visitantes alteren el ambiente urbano monumental e ingresen a darse un baño en la laguna, en ausencia de salvavidas.
La Policía y los guardaparques también controlan y prestan seguridad a los turistas y lugareños que se embarcan en los tubulares para recorrer de seis a ocho kilómetros de dunas. Los que llevan la peor parte son aquellos que escalan caminando hasta lo alto de la cordillera costera de arenilla, con la finalidad de apreciar desde arriba el paisaje del Oasis de América y luego deslizarse en pequeños deslizadores de madera.
Los delincuentes saben que los turistas pernoctan en lo alto de las dunas hasta las 6:00 de la tarde, cuando el astro rey comienza a alejarse en el horizonte del oeste.
Según las denuncias que ha recogido la prensa y la propia Policía del Frente Policial Ica, los indeseables desde las 5:00 de la tarde comienzan a surcar caminando el desierto de arena desde el extremo que colinda con el centro poblado Tierra Prometida, procediendo a cometer robos y asaltos en la parte alta de Huacachina; arrebatando celulares, billeteras, filmadoras y todo tipo de prendas de valor.
Luego de cometido el latrocinio, los forajidos con extraordinaria habilidad y esfuerzo físico huyen del lugar corriendo en dirección de Tierra Prometida, dejando a sus víctimas aterradas e impotentes al no poderse defender ante el temor de ser baleadas o acuchilladas.
Por este motivo, el sábado último desde las 5:30 de la tarde la Policía realizó un operativo preventivo en la “zona de asalto” de Huacachina, sin registrarse ninguna novedad. De manera que los delincuentes provenientes de Tierra Prometida siguen libres, esperando retornar a lo alto del balneario en cualquier momento de descuido.
