Una mujer de 71 años que vive en una ciudad lejana de la capital, es diagnosticada de un cáncer avanzado con invasión al hígado (estadío 4), por esta razón acude a la capital del Perú, Lima, para un tratamiento especializado del cáncer.
Ella en la actualidad tiene pesadillas que la acechan en la madrugada. Me cuenta «Caminaba por las alturas del ande, con ichu en el camino, viendo las alpacas correr en el llano. En esos momentos me dieron ganas de hacer mis deposiciones y de pronto una masa del tamaño de un melón de color carne salió de mis entrañas. Asustada la enterré y empecé a correr para que no me alcanzara».
Qué enfermedad tan perversa podría generar estos sueños en un ser humano, llevándolo a generar conflictos en su mente y hacer que en sus sueños exprese esos temores, con pesadillas que generan más incertidumbre, dolor y desolación. Otro día me comenta, viendo las noticias sobre la pandemia ¿Por qué no me da el covid-19, para terminar con todo esto?
¿Por qué, en nuestro país tenemos como principal causa de muerte al cáncer? ¿Por qué una persona mayor tiene que luchar contra esta terrible y dolorosa enfermedad, a raíz de que nuestro sistema de salud no tiene programas preventivos nacionales contra el cáncer digestivo? ¿Por qué no se pudo diagnosticar a tiempo? ¿Por qué nuestro país tiene pacientes con cánceres tan avanzados que su expectativa de vivir es ínfima?
Hace menos de 1 año, esta paciente era una persona feliz al lado de su familia, realizaba su rutina diaria. Pero en menos de 6 meses un dolor crónico en su vientre empezó a producir molestias que fueron disminuyendo sus ganas de comer y su estado de ánimo cambió. Buscó atención en el primer nivel de atención y solo recibió medicamentos para calmar dolores, sin tener la oportunidad de tener más estudios, como exámenes de laboratorio o imágenes (ecografías, tomografías). Sus familiares, al verla con este dolor y malestar, le realizaron exámenes de laboratorio, una ecografía y tomografía de forma particular; concluyendo los resultados con un cáncer avanzado.
Haciendo un esfuerzo, viajaron a Lima para una atención especializada en un hospital que trata el cáncer. Pasaron algunas semanas y pudieron realizarle una biopsia al hígado, obteniendo como resultado un cáncer avanzado de probable origen digestivo. En esas semanas, mientras le programaban para esa biopsia, se incrementaron los dolores y las dificultades para alimentarse, además de tener un dolor intenso en la columna lumbar que le generaba mucha dificultad para caminar. Por fortuna su familia puede ayudarla y cubrir sus gastos de salud. Una empresa de salud privada brinda atenciones de cuidado paliativo a estos pacientes y su familia accede a este servicio de forma particular, haciendo sus días más llevaderos, con menos dolor y calidad de vida. En estos momentos está a la espera del inicio de quimioterapia, con la esperanza que su vida vuelva a la normalidad. ¡Ojalá sea así!
Le pregunté si puedo usar su testimonio para hacer reflexionar a más personas: pacientes, personal de salud, directores y jefes en establecimientos de salud, gerentes de diferentes niveles y responsables de los sistemas de salud, ministro de salud, congresistas y el presidente del Perú. Me dijo que sí, diciendo «si es para ayudar al prójimo te autorizo».
Si tienes más 50 años debes hacerte una prueba de laboratorio para determinar la prueba de sangre oculta en heces: Thevenon (necesita dieta previa) o una prueba llamada inmunológica para sangre oculta en heces (como una prueba rápida), donde determinan la presencia de hemoglobina humana en heces y no necesitas dieta previa. Estas pruebas detectan sangre en las heces o en la materia fecal, y un resultado positivo puede ser un signo de cáncer. ¿Es posible que esta simple prueba de laboratorio evite tener cánceres digestivos avanzados en los peruanos? ¿Es posible implementar un Programa Nacional para el tamizaje de cáncer digestivo con estas pruebas, asociadas a otros procedimientos invasivos (endoscopia, colonoscopia o sigmoidoscopia)? ¿Es posible que nuestro país deje de tener como primera causa de muerte a el cáncer?
Solo espero que ella, después de recibir su quimioterapia, tenga una buena evolución y su expectativa de vida mejore. Tendrá una mejor calidad de vida, porque sus familiares se lo pueden ofrecer, pero ¿qué pasa con aquellas personas -en este país- que no pueden recibir estos cuidados paliativos?, quizás se estén retorciendo de dolor en su lecho de muerte. Si puedes hacer algo más para ser parte de la solución a este problema, te invito a generar un cambio, donde estés…