Biotecnología, Ética, Theranos, Tiranía y Juicio Final

Luis Edgardo Figueroa Montes Médico patólogo clínico. Director de Medicina del Laboratorio www.medicinadellaboratorio.com

Este domingo, después de una tarde con unos amigos, al regresar a casa en auto y escuchar un tema musical titulado Sympathy for the devil -de los Rolling Stones-, me hizo recordar el día que escuché a Elizabeth Holmes, presidente ejecutivo de Theranos, en el gran salón de la reunión científica anual de la Asociación Americana de Química Clínica (AACC) el 1 de agosto de 2016 en la ciudad de Filadelfia, EEUU; donde brindó su conferencia «Ciencia y tecnología de Theranos: la miniaturización de las pruebas de laboratorio» (1). Elizabeth Holmes pasó de ser aclamada como el próximo Steve Jobs a estar enfrentando hasta 20 años de prisión por cargos federales de fraude ¿Qué pasó? (2).

Elizabeth Holmes, vestida de negro, mira a la cámara con sus penetrantes ojos azules y responde sin vacilaciones y sin parpadear. ¿Qué veremos en 2025?  le pregunta el periodista; ella responde: existirá un mayor acceso a la información sanitaria, menos gente tendrá que despedirse de sus seres queridos antes de tiempo. Así comienza el interesante documental de HBO, The inventor: Out for Blood in Silicon Valley, que narra una historia fascinante, la de esta joven empresaria de Silicon Valley -ese lugar arrogante y ambicioso- que en 2005 embaucó a directores financieros, inversionistas, farmacéuticas, médicos reputados, periodistas, empleados, ingenieros y pacientes, para crear lo que acabaría siendo nada: su startup Theranos. El objetivo era, como dice en la entrevista, detener en la medida de lo posible a la muerte (3).

Ella abandonó sus estudios de la Universidad de Stanford en 2004 y fundó su empresa a los 19 años, con la misión de crear una alternativa más barata y eficiente para los análisis de sangre tradicionales. Theranos prometió a los pacientes la posibilidad de realizar pruebas para detectar enfermedades, como el cáncer y la diabetes, con solo unas gotas de sangre. Ella atrajo cientos de millones de dólares en fondos, una junta de figuras políticas reconocidas y socios minoristas clave (2).

A medida que la valoración de la empresa se disparó, Holmes empezó a usar camisetas negras de cuello alto, similar a Steve Jobs, y la revista Forbes la proclamó «La mujer multimillonaria más joven del mundo que se hizo a sí misma».  Todo esto, basado en la idea que la compañía podía revolucionar el negocio de los laboratorios de diagnóstico, desarrollando nuevos tipos de pruebas que eran más rápidas y baratas, donde requerían menos sangre que sus predecesoras (4).

John Carreyrou, periodista del Wall Street Journal, publicó en octubre de 2015 revelaciones sobre las pruebas y la tecnología de Theranos, y desde ese día todo cambió. Holmes y su ex socio comercial, Ramesh Balwani, fueron acusados en 2018 por el gobierno de los EE.UU. de múltiples cargos de fraude electrónico y conspiración (ambos se han declarado inocentes) (4).

Cuatro ex empleados anónimos de la compañía y otras fuentes informaron, en lugar de una historia de triunfo tecnológico y comercial, sobre equipos defectuosos, empleados escépticos y amenazas legales. Según la revista, a finales de 2014, Theranos estaba ejecutando menos del 10% de sus pruebas en sus propias máquinas. El 90% restante las realizaban en máquinas tradicionales compradas a fabricantes conocidos (4).

En mayo de 2018, John Carreyrou, periodista que destapó este escándalo, publicó su libro «Bad Blood: Secrets and Lies in a Silicon Valley Startup» (Bad Blood: secretos y mentiras en una startup de Silicon Valley) libro de no ficción donde detalla el ascenso y caída de Theranos.  Este libro recibió elogios de la crítica y ganó el premio al Libro de Negocios del Año 2018 del Financial Times y McKinsey. También lo puedes leer en español con el título «Mala Sangre» (5,6).

En junio de 2018, tres semanas después de la publicación del libro «Mala Sangre», Holmes y Balwani fueron acusados de 2 cargos de fraude electrónico. Para obtener su libertad tuvieron que pagar una fianza de 500 mil dólares cada uno y entregar su pasaporte. El periodismo lo había logrado (7).

En estos momentos se está librando el juicio de los EEUU contra Holmes y Balwani. Acabe como acabe este juicio, este emblemático caso ha generado un cambio de paradigma en Silicon Valley. Al enjuiciar a dos exejecutivos, los fiscales generales mandan un mensaje a todos los empresarios de Palo Alto – California: «Ya no se tolerarían faltas de conducta graves, con pretexto de innovar». Tras el espíritu empresarial «hay normas legales que requieren honestidad, juego limpio y transparencia» (7).

Creatividad, innovación, emprendimiento, biotecnología; son indisolubles con la ética y la moral. Su unión debe ser como el grafeno -200 veces más resistente que el acero- contra la mentira, el engaño y el fraude.

Enlaces de interés

1. https://academic.oup.com/jalm/article/1/3/329/5587363

2. https://edition.cnn.com/2021/09/07/tech/elizabeth-holmes-theranos-timeline/index.html

3. https://www.hbo.com/documentaries/the-inventor-out-for-blood-in-silicon-valley/about

4. https://www.newyorker.com/news/news-desk/the-secrets-of-blood-testing-startup-theranos

5. https://www.amazon.com/-/es/John-Carreyrou/dp/152473165X

6. https://www.amazon.com/-/es/John-Carreyrou/dp/8412064518

7. https://smoda.elpais.com/placeres/elizabeth-holmes-y-el-caso-theranos-como-silicon-valley-puede-alimentar-el-peor-tipo-de-ambicion/ 

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