Más de 10 mil familias de la primera y segunda etapa del Programa Municipal de Vivienda “Tierra Prometida”, ubicada entre los kilómetros 6 y 7 de la carretera a la playa de Carhuaz, desde hace 28 años pugnan para que la municipalidad de Ica les otorgue títulos de propiedad de los predios que ocupan.
Las gestiones vienen desde la primera gestión de la alcaldesa Rosa Zárate Sánchez, quien el año 1993 logró inscribir en los Registros Públicos un total de mil 376 hectáreas a favor de la municipalidad provincial de Ica.
En base a los últimos dispositivos de saneamiento físico legal emitidos por el Congreso de la República y el Ejecutivo, el teniente gobernador y dirigente de los pescadores artesanales de Comatrana-Tierra Prometida, Ing. Danilo Cáceres Quintanilla, el pasado 29 de octubre le remitió un documento reiterativo a la alcaldesa Emma Mejía, solicitándole la titulación de la primera etapa que se encuentra saneada e inscrita en la Sunarp, a favor de los pescadores artesanales de Comatrana, segunda y terceras familias; trabajadores municipales MPI y otras familias que no cuentan con techo propio para vivir con dignidad.
Danilo Cáceres también está solicitando hacer uso de la palabra cuando el tema de la titulación sea debatido en el Pleno del Concejo Provincial, al amparo de la Constitución, Ley Orgánica de Municipalidades y disposiciones de Cofopri.
Antecedente
El año 1965, durante el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde, fue emitida la Ley N° 15544, en cuyo primer artículo se declaró de utilidad y necesidad pública la construcción de la carretera Ica-Comatrana-Carhuaz, dándosele prioridad a su ejecución en el Plan de Carreteras.
Asimismo, en el segundo artículo de la misma ley se adjudicó a favor del Concejo Provincial de Ica todos los terrenos ubicados en ambas márgenes de la carretera a Carhuaz, debiéndose proceder a la lotización y venta de los mismos.
La norma permaneció en el olvido durante los dos gobiernos militares. La aprista Rosa Zárate al llegar a la alcaldía (1984-1986) tuvo la feliz iniciativa de ejecutar la carretera en mención, dándoles acceso a los iqueños al mar por Comatrana, en la antigua trocha dejada por los pescadores artesanales de Comatrana.
El año 1986, uno de los grandes obstáculos que encontró Zárate en el trazo de la vía fue el cerro La Avispa. Los trabajadores de la carretera con mucho esfuerzo abrieron un trecho en el centro de la mole rocosa, abriéndose paso hasta el litoral. La hazaña fue un gran acontecimiento. Desde luego no faltaron los detractores que se oponían a la construcción de la vía, argumentando que la arena del desierto la cubriría.
Esta aventura de abrir paso a los iqueños al mar por un tramo más corto del que existe por Ocucaje, permitió que la llamada “Rosita de los pobres” y sus fieles regidores, como “Cato” Hernández, descubrieran que -mediante ley- los extensos terrenos eriazos camino a Carhuaz habían sido adjudicados a la comuna iqueña para la ejecución de un programa de vivienda municipal.
Haciendo alusión a Jehová nuestro Señor, al patriarca Moisés y al desierto iqueño, el programa fue denominado “Tierra Prometida”, cuya extensión inscrita en los Registros Públicos de mil 376 Has forma parte de una extensión total de dos mil hectáreas, cuyo saldo queda como zona de expansión urbana, según el Plan de Acondicionamiento Territorial – PAT que busca trasladar a la ciudad hacia el lado oeste.
Daniel Bravo Dextre