El distrito de Santiago podría convertirse en el centro turístico más importante de la provincia de Ica, una vez que se ponga en valor el recurso turístico “El Cañón de los Perdidos”, redescubierto hace 12 años por el promotor turístico Pedro Néstor Neyra Díaz.
Con ese objetivo, el alcalde de Santiago, Leonardo Guerrero Silva, y los regidores de la comuna distrital realizaron el sábado una visita de reconocimiento por lo que sería- en un futuro cercano- un circuito turístico que incluirá diversos atractivos.
En efecto, Santiago tiene mucho que ofrecer a los visitantes locales, nacionales e internacionales, además del “Cañón de los Perdidos” que tendría una antigüedad de 25 millones de años.
El microclima que posee es único por la combinación de la brisa marina y el calor del desierto que posee tierras fértiles que hacen producir camotes de varios kilos de peso y uvas de primera calidad, que los enólogos califican como las mejores del Perú. Esto hace que productores vitivinícolas de Los Aquijes utilicen la uva santiaguina para producir piscos que ganan concursos nacionales e internacionales.
Por este motivo, el alcalde Guerrero se está reuniendo con los productores de pisco con la finalidad de construir en Santiago una planta municipal de destilado que será puesta al servicio de los vitivinícolas artesanales para que su producción sea más rentable; o sea, mayor productividad a menor costo.
Recorrido
La visita de reconocimiento empezó por el sitio arqueológico Pampa Toma Luz 1, donde existen geoglifos que datan de la cultura Paracas.
En realidad, en Santiago hay diversidad de geoglifos perfectamente conservados, mientras que otros se están deteriorando por las trochas que se han aperturado. Todos datan de hace unos 2,300 años, teniendo en cuenta que en el distrito se ubica Tajahuana, considerada la capital de la Cultura Paracas.
Los Paracas, como muchas culturas prehispánicas, eran exploradores por excelencia. Se desplazaban con sus sandalias por muchos lugares para cazar, buscar agua, frutos silvestres, ocres, arcilla, madera y pescado. También para arriar a su ganado que le proporcionaba carne, leche y fibras para tejer sus mantos. Igualmente, eran agricultores.
Precisamente, esas líneas de cientos de metros de extensión las empleaban para guiar su camino en medio del árido desierto que conquistaron con mucho sacrificio. Para descansar y protegerse del viento por toda la zona construyeron “cortavientos”, piedras apiladas de unos dos metros de diámetro en forma de semicírculo.
La zona arqueológica de Santiago se complementa con el Cementerio Paleontológico, ubicado cercado al camón, donde existen a flor de tierra restos fósiles marinos, algunos muy bien conservados, mientras que otros están fragmentados, debido a que los visitantes por falta de la debida protección y vigilancia, suelen llevarse algunas piezas (vértebras) para su colección particular.
En todo el cañón y alrededores existen mariscos fosilizados, lo que demuestra que en el Miloceno el mar cubría todo ese territorio de Santiago, dando origen al llamado “Cañón de los Perdidos”, en cuyas paredes aún conserva las distintas capas sobre el nivel de las aguas que se fueron replegando lo que es hoy el litoral iqueño.
Circuito único
El alcalde Leonardo Guerrero reveló que con la puesta en valor del cañón se piensa crear un solo circuito turístico santiaguino que comprendería, además, la Ciudadela Arqueológica de Tajahuana, geoglifos, pampa de cortavientos, tambos preincas, cementerio paleontológico y la fauna silvestre (cóndor, puma, gallinazo, lechuza del desierto, otros como el cráter de un posible meteorito que cayó hace millones de años y piedras que suenan como campanas; en cuyo recorrido podría incluirse el centro de destilado de pisco que ofrecería la bebida bandera de primera calidad.
En la referida visita de reconocimiento también participaron el gerente de Desarrollo Económico y Turístico de la municipalidad de Santiago, Luis Verni; el subgerente de Turismo, Ronald Sarmiento, y el arqueólogo residente del Ministerio de Cultura, Carls William Chuquihuaccha Huancahuari, quienes son el soporte técnico del megaproyecto turístico en marcha.
Daniel Bravo Dextre