En cuanto a la pandemia por el covid-19, con la ayuda de Dios ya pasamos lo peor y la Plaza de Armas de Ica continúa con sus piletas inactivas desde hace más de dos años y no vemos un signo de voluntad por parte de la autoridad municipal en querer rehabilitarlas.
No se trata de una gran inversión sino de darle limpieza y mantenimiento a la grifería que debe estar muy mohosa por falta de uso, además de una buena baldeada a las mayólicas ennegrecidas de las piletas, cuyo funcionamiento le da vida a la plaza y alegría a visitantes y lugareños que todos los días acuden a sentarse en las bancas aprovechando el aire fresco, la luz solar, el vuelo de las aves y el movimiento elocuente y vigoroso de las ramas de los árboles que parecen estar felices con la presencia de niños, jóvenes y adultos.
Falta más de 30 días para el aniversario de la ciudad de Ica y la fecha es propicia no sólo para hacer la chocoteja más grande del mundo (350 metros de largo), sino también mostrar a propios y extraños una Plaza Mayor renovada con piletas funcionando, jardines verdes, limpios y floreciendo.
Es el santo de nuestra ciudad y es costumbre en nuestro cumpleaños mostrar a los invitados los mejor de nuestra casa. En este caso, la Plaza de Armas vendría a ser nuestra sala de recepción de familiares y amigos. Los ciudadanos son la familia de la comuna iqueña y los turistas nuestros amigos visitantes.
Entonces, manos a la obra alcaldesa Emma Mejía, porque en junio próximo con los matrimonios masivos, la megachocoteja, izamiento y desfile sería su primer reencuentro multitudinario con su población, después del encierro obligado por la cuarentena. Sería una vergüenza que presente a iqueños y visitantes las piletas tal como están. Desde luego que no sólo se trata de limpiarlas, sino hacer que funcionen.
Daniel Bravo Dextre