Cada vez son más las personas que se adaptan a las nuevas tecnologías de la información, como cuando usan billeteras digitales o pagan el taxi desde un aplicativo móvil; sin embargo, esta digitalización también incrementó las denuncias de delitos informáticos en el Perú.
La Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Ciberdelincuencia de Lima Centro reveló que cada semana cada uno de los cuatro despachos recibe entre 100 y 150 denuncias de delitos cibernéticos, lo que equivale a 2,400 casos mensuales.
Jonathan Portillo Vela, fiscal provincial del segundo despacho de esta fiscalía especializada, señaló a la agencia Andina que las modalidades más comunes de delitos cibernéticos en el país son: fraude informático, suplantación de identidad, estafa agravada y child grooming.
Los casos de ciberdelincuencia aumentaron durante la pandemia debido al mayor uso de internet, sobre todo para transacciones digitales en tiendas de comercio electrónico, aseguró.
Fraude informático
El fraude informático consiste en manipular o alterar datos o programas de sistemas informáticos, a fin de perjudicar el patrimonio de terceros. Esta modalidad implica la clonación de tarjetas, así como compras fraudulentas por internet, transferencias de fondos o retiros no autorizados.
El fiscal especializado señaló que, ante el robo de un celular, la víctima debe bloquear inmediatamente la línea telefónica y las tarjetas de las cuentas afiliadas al equipo móvil, a fin de evitar que roben su información o hagan movimientos bancarios.
Suplantación de identidad
La suplantación de identidad consiste en hacerse pasar por otras personas para cometer un delito. Para ello, los ciberdelincuentes crean perfiles en redes sociales, como Facebook e Instagram, utilizando el nombre e imagen de un tercero.
“Actualmente hay un aumento de cuentas de respaldo y creación de Onlyfans, en la que añaden la imagen de una persona que tiene muchos seguidores en redes sociales y le crean perfiles falsos. También se hacen pasar por otra persona a través de WhatsApp o llamada telefónica”, agregó.
Al respecto, el fiscal especializado recomienda mantener un perfil restringido y no compartir de manera pública información personal o familiar.
También se debe utilizar contraseñas difíciles de copiar en cuentas bancarias, correo electrónico y redes sociales. Además, no brindar datos personales a ninguna página web o enlace sospechoso.
Estafa agravada
En las estafas agravadas, los ciberdelincuentes utilizan el engaño para obtener datos de la tarjeta de crédito, CVV y fecha de vencimiento, y así poder realizar consumos no reconocidos.
“Un ejemplo de estafas agravadas son los famosos cambiazos de tarjeta, que muchas veces se ven en las colas de los cajeros. Otra forma es mediante una llamada por teléfono, donde se hacen pasar por tu entidad bancaria, diciendo que tienes una transferencia no reconocida de un producto. Después de ganar tu confianza, adquieren los datos de tu sistema bancario”, añadió.
Este tipo de robo cibernético también se realiza a través de mensajes de texto, donde informan al remitente como beneficiario de un préstamo o bono. Sin embargo, para reclamar el premio te piden ingresar a un enlace y enviar información personal.
Child grooming
El chil grooming, o acoso sexual de menores por Internet, ocurre cuando un adulto contacta a un niño, niña o adolescente por medios tecnológicos, como redes sociales, con el objetivo de pedir material pornográfico o hacer proposiciones sexuales.
En este caso, los ciberdelincuentes crean perfiles falsos donde se hacen pasar por menores de edad. Primero se contactan por el chat de juegos en línea para después tener una conversación más personal mediante WhatsApp o Facebook, es ahí donde obtienen estos materiales ilegales.
Portillo pidió a los padres de familia estar alerta ante situaciones o actitudes extrañas que pueda presentar el menor de edad. Ahora que las computadoras y tabletas están al alcance de todos, los padres deben saber qué aplicaciones manejan sus hijos y con quiénes conversan en los juegos en línea o redes sociales.