Por: José Luján Loza
Los hechos ocurridos en los últimos días han causado gran malestar en la población iqueña, especialmente entre los amantes al fútbol, lo que ha motivado una justa protesta que se trasluce en el reclamo público por el aberrante trato que se le ha dado a nuestro vetusto Estadio “José Picasso Peratta”, que, además de estar olvidado, se le denigra aún más maltratando sus instalaciones, en especial su campo de juego que tanto sacrificio cuesta ponerlo en perfectas condiciones para la temporada 2023.
Si bien es cierto que el estadio es de propiedad de la municipalidad provincial de Ica, eso no quiere decir que se le destruya para llevar a cabo una actividad artística que bien pudo haber tenido un mejor escenario, como podía haber sido el Campo Ferial. Desarmar un santo para armar otro resulta incomprensible e injusto
Desde hace ya varias gestiones municipales se ha notado claramente que a esas autoridades poco o nada les importa el deporte. Lamentablemente, algunas de esas autoridades no son iqueñas y no saben los esfuerzos que tuvieron que hacer nuestras antiguas autoridades para que el pueblo de Ica pudiera contar con un estadio que fuera el escenario para los pobladores pudieran expresar su euforia deportiva.
Es una gran pena que nuestro primer escenario deportivo siga siendo maltratado sin justificación alguna, obstaculizando el inicio de la temporada futbolística de Ica, que ya había sido programada con anterioridad.
La Liga del Cercado de Ica, ante este imprevisto se ha visto obligada a postergar el Campeonato de Primera División para el próximo 16 y 19 de marzo. Esta inevitable postergación servirá para que nuestro buen amigo Willy Arcos, administrador del estadio municipal demuestre de lo que es capaz. Sabemos que en esta oportunidad no será tan fácil, pues se utilizó maquinaria pesada y ello ha causado un daño mayor; sin embargo, confiamos en su inquebrantable voluntad de trabajo para dejar en las mejores condiciones posibles a nuestro querido Estadio “José Picasso Peratta”.
