| Por: Guillermo Alfonso Uribe Lengua
Administrador y creador de contenidos
del grupo de Facebook «Iqueños en la Historia»
Algún comunicador social se atrevió a decir hace algunos años atrás y en medio de un desborde y algarabía popular por elecciones municipales, que «recuperar el agua potable en Chincha le había costado a los chinchanos sangre, sudor y lágrimas», como señalando que hubo una lucha de paralizaciones, huelgas y peleas para recuperar los servicios en manos del Estado.
Tamaña falacia.
Y esto lo digo en clara alusión a que en el año 1992 los servicios de agua potable y alcantarillado pasaron de ser administrados por el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado -SENAPA-, a ser administrados por las municipalidades provinciales de cada región, en cumplimiento a un dispositivo legal dado por el gobierno de turno de aquel entonces y que transfería los servicios a las municipalidades.
En el caso específico de la «Cuna de Campeones», en el año 1992 se reúnen en la municipalidad provincial de Chincha los alcaldes de Chincha, Pisco, Palpa y Nasca, y acuerdan dar vida a la primera empresa regional que se formaba por aquellos años, y que fue EMUSA, empresa que reunía a 4 provincias de la región, menos Ica, porque los servicios de agua y alcantarillado de esa provincia siempre estuvieron administrados por la municipalidad provincial.
EMUSA, como empresa, duró muy poco tiempo.
En esos tiempos el alcalde de Chincha era el extinto personaje Francisco «Chito» Peñaloza.
La transferencia se dio en cumplimiento a que en el año 1990 Alan García, ya saliendo del poder en su primer gobierno, le dejaba los servicios a las municipalidades provinciales para que estas formarán sus propias empresas, A partir de ahí, las empresas a nivel nacional corrieron distinta suerte.
Como repito, en el año 1992 se reúnen los alcaldes de Chincha, Pisco, Palpa y Nasca de aquel entonces, formando la Empresa Municipal S. A. -«EMUSA»-, bajo norma que fue aplicada en el gobierno del presidente Alberto Fujimori Fujimori; y empresa que duraría poco tiempo, ya que posteriormente cada alcalde quiso administrar sus propios servicios. Habían descubierto la caja de pandora.
Es así que de Ica vino una comisión de transferencia a dar cumplimiento al decreto supremo y, en ese tiempo, el que escribe estas líneas vino en esa comisión como apoyo, operando un programa de texto que en ese tiempo se denominaba Word Star. Se redactó el acta, firmaron los alcaldes, nos tomamos unas fotos, nos tomamos unas gaseosas, se culminó el acto protocolar…. y eso fue todo.
La transferencia no costó ninguna lágrima, ninguna gota de sudor y ningún centímetro cúbico de sangre; solo costó mi pasaje por venir desde Ica a esta bella ciudad a pasar el acta al computador. Es por eso que cuando se deforma y se falsea la historia, los jóvenes le pueden creer a un político cuando sale a una radio en tiempo de elecciones a decir:
«Recuperar el agua potable para los chinchanos le costó al pueblo de Chincha lágrimas, sudor y sangre, y nosotros vamos a recuperar nuestra empresa en homenaje a nuestros antepasados»
Suena bonito, ¿no?
Así suena cuando se falsea la historia. La única pistola que se disparó ese día fue una pistola de agua, que una atrevida y agraciada jovencita chinchana me disparó en esta cálida ciudad, ya que la transferencia se dio en febrero, mes de los carnavales.
Hoy, las empresas de agua potable y alcantarillado en la región Ica llevan distintos nombres: EPS Semapach S.A., Emapisco S.A., Emapica S.A. y Emapavigs S.A.
La empresa de agua potable de Chincha lucha por salir adelante y esta vez bajo la dirección del gerente general ingeniero Martín Royci Soto Romero.
La historia de las empresas a través de los años es que han sido administradas por el Ministerio de Fomento y Obras Públicas, el Ministerio de Vivienda y Construcción, luego Senapa, para más tarde ser administradas por las municipalidades y hoy, temporalmente, todas ellas se encuentran bajo el Régimen de Apoyo Transitorio a cargo de OTASS, con el fin de ser reflotadas.
El resto es leyenda urbana.