Municipalidad intensifica ordenamiento en alrededores del mercado Arenales 

Se aprecian primeros resultados de un problema sin fin

Daniel Bravo Dextre

Después de varios meses de desorden y caos en la limpieza, la municipalidad de Ica hace unos días decidió restablecer el orden en los exteriores del mercado Arenales, principal centro de abasto de productos esenciales de la población iqueña, cuyos primeros resultados recién se pueden apreciar. 

Es así que desde horas de la madrugada de ayer el equipo de la Policía Municipal y personal de Serenazgo de la Subgerencia de Seguridad Ciudadana y Policía Municipal continuó acciones para el reordenamiento en los exteriores del mercado Arenales, identificado como punto crítico donde el caos y el desorden imperaban día a día.

La comuna informó que la intervención integral ha permitido recuperar veredas y espacios de retiro municipal que permanecían invadidos con mercadería y por el comercio ambulatorio, gracias a la constante sensibilización de los comerciantes formales para que no invadan pistas y veredas; además de la advertencia de imponerles sanciones por fomentar el desorden.

También se anunció que el equipo continuará trabajando de manera constante, con el objetivo de garantizar a los ciudadanos orden, seguridad y espacios libres para todos.

En estos casos la sensibilización y motivación son importantes para que los comerciantes tomen conciencia y respeten las normas municipales. Lamentablemente, no siempre sucede así; pues, luego de culminar la campaña motivacional y cuando los serenos y policías municipales cesan de vigilar, los comerciantes formales e informales vuelven a su rutina de fomentar caos y desorden.

Esta cruda realidad no solamente ocurre en los alrededores del mercado Arenales, sino también en otros puntos críticos, como las últimas cuadras de la céntrica avenida Grau, calle Amazonas, pasaje Cerro Azul, entre otros. 

En dichos lugares sólo dos o tres días dura el reordenamiento; pero, luego los comerciantes formales sacan su mercadería a exhibir en la vereda y pista, mientras que los ambulantes invaden las calles con sus carretillas y puestos rodantes. ¿Qué es lo que queda por hacer? La única alternativa sería que la municipalidad, a través de serenos y policías, no cese de vigilar los espacios públicos, procediendo a multar a los infractores que sean renuentes a mantener el orden y seguridad pública. 

Los alcaldes no deben ser “populistas” pensando que perderán votos si eliminan el comercio ambulatorio y reordenan el transporte público (cocheras, otros), aplicando mano firme y severa. Al contrario, se ganarán el respeto y la admiración de toda la población iqueña manteniendo una ciudad limpia, ordenada y segura. Los ciudadanos no pedimos más. 

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