Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia
de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica
Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones
El 15 de marzo de 1876 nació en Lima Oscar Raymundo Benavides Larrea, futuro gobernante del país. Fue hijo de Miguel Benavides Gallegos y Erfilia Larrea. El 4 de febrero de 1914 fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno que depuso al presidente constitucional Guillermo Billinghurst; y desde el 15 de mayo de ese año presidente provisorio.
Posteriormente, después del asesinato del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro, el Congreso Constituyente lo nombró Presidente Constitucional de la República hasta 1936, y por la anulación de las elecciones generales de 1936, recién dejó el cargo en 1939. Es decir, que su llegada al espacio como gobernante del país estuvo en contra de la legislación vigente, que en 1933 no consideraba a los militares en ejercicio para el cargo para el que fue designado.
Al final de su gobierno, en 1939, diversos sectores políticos buscaban la salida de la especie de dictadura de Benavides; el Partido Aprista Peruano y el Partido Comunista apoyaron a Manuel Prado Ugarteche en las elecciones de ese año, aunque el segundo lo hizo con cierta discreción. Prado tuvo como competidor a José Quesada, de la Unión Revolucionaria. Haya de la Torre tuvo discrepancias con él, pero la apoyaron considerándolo representante de las fuerzas vinculadas al capitalismo moderno y a una derecha no fascista.
Prado correspondió a este apoyo dándoles cabida a 8 candidaturas por diputaciones, y logrando que Benavides libere a algunos militantes encarcelados. Asimismo, debemos recordar que gran parte de los candidatos entre 1931 y 1956 representaban a las élites oligárquicas que organizaban agrupaciones políticas conformadas por notables, y cuya existencia era temporal.
El 19 de febrero de 1939 Lima fue sacudida por el levantamiento del general Antonio Rodríguez Ramírez, quien fue muerto en el intento, y sus colaboradores más cercanos apresados. Poco después el presidente Benavides anunció elecciones para el 20 de octubre, precedidas de un plebiscito nacional de reforma constitucional. Sobre esto, Víctor Raúl Haya de la Torre presentó un recurso sobre declaración inconstitucional de la Ley 8875 de convocatoria al plebiscito, declarado improcedente por la Corte Suprema de Justicia.
El general Rodríguez Ramírez se había propuesto dejar de lado las juntas de notables designadas por el gobierno para la elección de alcaldes, por considerar esta medida dictatorial como un despojo del derecho de elección de los pueblos, y en otro manifiesto reconocía al PAP con el pleno derecho a existir legalmente como otras organizaciones políticas nacionales, reflejando un propósito de respeto por todas las organizaciones políticas. Asimismo, la edad de 18 años para ser ciudadano.
El plebiscito de 1939
El 27 de marzo de 1939 el Ejecutivo convocó al Plebiscito Nacional para decidir sobre las reformas constitucionales y las disposiciones transitorias de la Constitución de 1933, obligando a participar a los inscritos en el Registro Militar. Para lograr el mayor número de votantes, desde el 9 de junio se dieron facilidades para obtener duplicado de libretas electorales.
Por Ley 8463, del 14 de noviembre de 1936, el Congreso Constituyente había concedido facultades legislativas al Poder Ejecutivo y el 15 de junio de 1939 el presidente Benavides dio la Ley 8901, que contiene asuntos relativos al Jurado Nacional de Elecciones, al Registro Electoral Nacional y sobre la obligación del voto. Se reiteró la plena autonomía de los jurados, que tendrían a su cargo la súper vigilancia del Registro Electoral, las elecciones, el escrutinio, la proclamación de los elegidos y todos los actos relacionados con la elección de Presidente y Vicepresidente de la República, y representantes a Congreso. Mientras el Jurado Nacional de Elecciones era permanente, los departamentales y provinciales eran transitorios.
En 1939 se convocó al plebiscito para reformar la Constitución de 1933; los ciudadanos debieron votar por la prolongación a 6 años del periodo presidencial y del Legislativo, entre otros aspectos. De este proceso queda el registro de una de las mesas de votación en Huánuco, así como de las libretas electorales selladas en sus respectivas jurisdicciones, de la costa, sierra y selva del Perú, y otras imágenes y documentos. Es de notar que en este y el anterior proceso solo votaron varones.
Plebiscitos y referendos en el Perú
El Jurado Nacional de Elecciones organizó, en el 2018, un conjunto de exposiciones itinerantes sobre plebiscitos y referéndums en el Perú, compuesta de un conjunto de imágenes y textos sobre estos procesos de participación de los peruanos en elecciones que han sido convocadas desde 1919, hasta el de coincidencia con las elecciones regionales y municipales de 2018.
Se expuso un conjunto de imágenes relacionadas con casi 100 años de plebiscitos y referéndums en el Perú, desde ese año hasta la actualidad, cuando la decisión de los peruanos los llevó a decidir sobre importantes consultas, relacionadas generalmente con reformas constitucionales.
Los visitantes, en las ciudades de Iquitos, Puerto Maldonado y Pucallpa, tanto como en la Biblioteca Nacional del Perú, en Lima, observaron imágenes de campañas políticas, cédulas, libretas electorales, personajes asociados a estos instantes de la democracia en el Perú, y todo el proceso de convocatoria a la ciudadanía, para expresar su voluntad por las reformas constitucionales y los temas de consulta general.
Es preciso recordar que el 18 de julio de 1939 el Jurado Nacional de Elecciones llevó a cabo el plebiscito, en el que ganó el SI por la reforma a la Constitución de 1939. El 9 de agosto de 1939 se promulgó la Ley 8932 sobre los requisitos para las candidaturas, señalándose las atribuciones de los jurados electorales. Desarrollado el proceso de elecciones generales de ese año, al final de la contienda electoral, el 1 de diciembre de 1939, el JNE entrega credenciales como ganador en las elecciones presidenciales, al ingeniero don Manuel Prado Ugarteche.