Víctima de una penosa enfermedad, falleció en Lima el destacado director de la I.E.P. «Nuestra Señora de Guadalupe» de Nasca, Hernán Espinoza Ramírez, de reconocida trayectoria profesional y con más de 60 años dedicado a la docencia.
Hernán Espinoza inició su carrera profesional en la escuela Nº 1595 de San Carlos, cuando ese plantel era dirigido por Roberto Pisconti, con 4 aulas y un patio que tenía un canal de regadío encausado de dos metros de ancho por uno de altura.
Vivió alojado con su madre en el hotel «Don Agucho» y fue uno de los tres profesores egresados de una universidad que llegaron a esa escuela de San Carlos.
Hernán Espinoza, egresado de la Universidad Católica del Perú, llegó por primera vez a esa escuelita, muy elegante, con terno y corbata, pero fue recibido por un anciano director con camisa y mangas largas.
Todos lo miraban; sus alumnos no tenían uniforme, por lo que, obedeciendo las órdenes de su director, optó por quitarse el saco y la corbata.
Con esfuerzo, cariño y dedicación, los docentes de la época se convirtieron en los engreídos del populoso barrio de San Carlos, con padres de familia muy preocupados por el prestigio de su colegio.
Hernán Espinoza Ramírez llegó a ser director de ese centro educativo que cambió su denominación por la escuela 22406 San Carlos de Varones.
Durante su gestión, el centro educativo se convirtió en la mejor escuela de educación primaria, logrando desaparecer aquel canal de regadío, con el valioso apoyo de los alumnos, padres de familia y moradores de San Carlos.
Creó la primera banda de música -que no existían en los colegios- con talentosos alumnos, que luego se convirtieron en destacados músicos de Nasca.
En 1983, y con más de 24 años de servicio a favor de la niñez y la educación nasqueña, decidió renunciar al magisterio, en el mejor momento de su destacada y reconocida trayectoria profesional.
Tras medio año de gestiones, creó el primer colegio particular de Nasca, «Nuestra Señora de Guadalupe», conjuntamente con su inseparable esposa, Reydelinda Santa Cruz.
El centro educativo funcionó en diversos locales alquilados hasta que, finalmente, se construyó una moderna infraestructura en la urbanización Amaprovi.
Este año 2024, la emblemática institución educativa «Nuestra Señora de Guadalupe» de Nasca cumple 41 años de vida institucional, ofreciendo un servicio educativo de calidad, en inicial, primaria y secundaria de menores.
Hernán Espinoza Ramírez deja tres hijos, Janecita, «Nancho» y Karina, como él los llamaba cariñosamente y que hoy lloran desconsoladamente su partida.
También deja encantadores nietos, César, Adriana y Gabriela, los que juntos a Luis, César y Flor constituyen una sólida y admirable familia muy querida en toda la comunidad educativa.
La familia guadalupana está de luto, se ha ido un destacado y muy reconocido docente de gran trayectoria profesional que formó parte de aquella generación de maestros que dignifican y enorgullecen el magisterio nasqueño.
Hernán Espinoza Ramírez fue condecorado por el Gobierno Regional de Ica con la medalla «Abraham Valdelomar» en el Grado de «Gran Caballero», en mérito a su brillante trayectoria profesional a favor de la niñez y educación nasqueña.
En representación del entonces presidente regional de Ica, Alonso Navarro Cabanillas, el vicepresidente, José Luis Huasasquiche Gutiérrez, lo condecoró en la I.E.P. «Nuestra Señora de Guadalupe», en sus 30 años de creación institucional.
La distinción fue aprobada por el Acuerdo Regional N° 023-2013-GORE-ICA, luego que la Comisión de Educación, Cultura y Deporte del Consejo Regional, propusiera la iniciativa por su trayectoria y gran promotor de la educación nasqueña.
Su ferviente trayectoria profesional dedicada a la enseñanza, el desarrollo y la superación de la niñez, la juventud y la sociedad nasqueña, lo hacen merecedor de tal condecoración.
El exalcalde de Nasca, Oscar Elías Lucana, tuvo la intención de inmortalizar su nombre en el Complejo Deportivo de Amaprovi, en reconocimiento a su gestión como presidente de Amaprovi, al donar el terreno para que se construya esa infraestructura.
Por la negativa de algunos regidores, el Complejo Deportivo de Amaprovi, no lleva el nombre de Hernán Espinoza Ramírez, pero la actual gestión del alcalde Jorge Bravo, está a tiempo de reivindicar esa mezquindad política.
Sería un justo y merecido homenaje póstumo a Hernán Espinoza Ramírez, que el Complejo Deportivo de Amaprovi lleve su nombre, en mérito a sus más de 60 años dedicados íntegramente a la docencia y a la educación nasqueña.
Su sensible deceso no solo ha conmovido a la comunidad educativa guadalupana, sino también a los pobladores de Amaprovi, a los docentes y exalumnos que enseñó y que hoy lo recuerdan con cariño y nostalgia.
Se ha ido un gran hombre de bien, un admirable maestro de la educación de Nasca, un padre ejemplar, un amado esposo, un gran personaje que sin ser nasqueño ha dejado huellas imborrables en esta tierra que lo cobijó por casi toda su vida.
Los restos de Hernán Espinoza Ramírez fueron traídos a desde Lima para darle cristiana sepultura en su Nasca querida, tal y como era su deseo.