| Luis Edgardo Figueroa Montes
Médico patólogo clínico.
Director de Medicina del Laboratorio
www.medicinadellaboratorio.com
Un reciente artículo publicado por LANCET titulado «Exposición a la contaminación del aire y riesgo cardiometabólico» proporciona un resumen actualizado de la evidencia epidemiológica y los fundamentos que vinculan la contaminación del aire con el riesgo cardiometabólico (1).
La evaluación global sobre las enfermedades que generan más gastos en los sistemas de salud (carga de enfermedad) estima que el 20% de los casos globales de diabetes tipo 2 están relacionados con la exposición crónica a partículas en suspensión con un diámetro igual o menor de 2,5 micras. Estas partículas conocidas como materia particulada 2.5 (particulate matter 2.5) o PM2.5; son partículas muy pequeñas suspendidas en el aire. Esta materia particulada incluye sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales. Provienen de todas las clases de combustión: automóviles, camiones, fábricas, quemas de madera, quemas agrícolas y otras actividades. Se les considera un contaminante atmosférico por sus efectos nocivos sobre la salud y pueden llegar a las partes profundas de los pulmones, o incluso a la sangre (2).
La Federación Internacional de Diabetes informa que el 10,5% de los adultos en todo el mundo, o 537 millones de personas, tienen diabetes tipo 2, y casi la mitad de estas personas no saben que padecen la afección. En ese sentido, esta contaminación del aire influye en nuestro exposoma para que nuestro riesgo cardiometabólico se incremente (3).
El concepto de exposoma implica un cambio de perspectiva en la investigación de cómo los riesgos ambientales afectan a la salud humana. En lugar de mirar las consecuencias que cada exposición podría tener en nuestro organismo, se plantea el estudio de todas las exposiciones a las que una persona está sujeta desde la concepción hasta la muerte. El exposoma tiene en cuenta todos los elementos a los que estamos expuestos a través de nuestra dieta, estilo de vida y el entorno en el que vivimos y trabajamos, así como factores biológicos internos como el metabolismo, la microflora intestinal, la inflamación y el estrés oxidativo (4).
Los estudios sugieren una contribución importante del medio ambiente en la configuración de la susceptibilidad a la diabetes tipo 2, definida por criterios glucémicos y complicaciones. Los factores externos en el entorno artificial y natural, el estilo de vida y los comportamientos, el entorno social, la exposición a sustancias químicas y los factores internos (como el microbioma, el estrés y duración del sueño), en conjunto constituyen el exposoma y se ha demostrado que afecta la susceptibilidad a la diabetes tipo 2 (5).
La contaminación del aire es ahora una amenaza mundial para la salud ambiental. En todo el mundo, la mala calidad del aire representa 93 mil millones de días vividos con enfermedades y más de 6 millones de muertes cada año, aunque algunas estimaciones sitúan el número de muertes muy por encima de los 9 millones. Las mayores cargas de mortalidad por contaminación del aire suelen darse en las grandes ciudades urbanas (1).
El costo económico total de la contaminación del aire supera los 8 billones de dólares o el 6,1% del producto interno bruto anual mundial. Las principales fuentes de contaminación del aire en los países de altos ingresos son por quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural, otros). Sin embargo, a nivel mundial, otras fuentes como el polvo del desierto y las cenizas volcánicas, desempeñan un papel importante en la contaminación del aire, con una creciente preocupación relacionada a los incendios forestales, que aumentan en los EE.UU. y el mundo, debido a los efectos del cambio climático (1).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), propone 10 acciones para mejorar estas condiciones del planeta (6):
1. Usa transporte público o comparte coche, muévete en bicicleta o simplemente camina.
2. Cámbiate a un vehículo híbrido o eléctrico, y cuando tomes un taxi, intenta que sea eléctrico.
3. Apaga el motor del coche cuando estés parado.
4. Reduce tu consumo de carne y productos lácteos; ayudarás a reducir las emisiones de metano que emite el ganado.
5. Composta alimentos orgánicos (proceso de transformación de los desechos orgánicos en abono natural) y recicla la basura no orgánica.
6. Cámbiate a sistemas y equipos de calefacción de alta eficiencia para el hogar.
7. Ahorra energía; apaga las luces y los aparatos electrónicos cuando no los estés utilizando.
8. Nunca quemes basura; contribuirías a aumentar la contaminación del aire.
9. Elige pintura no tóxica.
10. Disminuye el uso de plásticos para cuidar los océanos.
En adelante, nuestra humanidad debe comprender la importancia de cuidar nuestro ecosistema, esto ayudará a generar un menor impacto en nuestro genoma, evitando enfermedades.
Enlaces de interés
1. https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(23)00361-3/abstract
2. https://www.cdc.gov/air/particulate_matter.html
3. https://diabetesatlas.org/atlas/tenth-edition
4. https://www.isglobal.org/-/el-exposoma-comprendiendo-el-efecto-del-entorno-en-nuestra-salud
5. https://academic.oup.com/eurheartj/article/45/6/419/7571572
6. https://www.ngenespanol.com/ecologia/cuidado-del-medio-ambiente-10-acciones-combatir-contaminacion-del-aire/