Daniel Bravo Dextre
Durante más de 200 años de historia republicana, las diversas autoridades locales y departamentales no han podido darle sostenibilidad al río Ica para que se integre a la comunidad como parte de su convivencia cotidiana, y no sirva únicamente como un cauce que canaliza las aguas temporales con fines de riego fuera de la ciudad.
Los pobladores de ambas márgenes no están identificados con el gran cauce de la ciudad; excepto los mancebos que en verano utilizan sus aguas para recrearse y atenuar los efectos del calor. Después de ello, en los meses de estiaje en que el río se seca formando una gran sabana de arena de varios kilómetros, les es indiferente, al punto de arrojar sus desechos sólidos sin remordimiento alguno, formando grandes montañas de basura.
Cada 50 años las autoridades construyen defensas ribereñas, no para cuidar las sagradas aguas que riegan las fértiles tierras de nuestros valles del sur y del norte, sino para protegerse de ellas. En otras palabras, más elocuentes, los ribereños citadinos en lugar de apreciarlo por su extraordinaria contribución al agro, lo ven como su enemigo, como una amenaza para la seguridad de su familia. Este divorcio entre el sentimiento urbano y el rural hace que el lecho del río permanezca siempre desestimado y colmado de basura que genera contaminación ambiental y degrada la calidad de vida de los vecinos de ambas márgenes.
Qué distinta es la actitud la de los humildes parceleros que ven en el río un aliado fiel para sus cultivos, esperando cada año desde el mes de diciembre que lleguen las aguas nuevas con olor a yapana, permitiéndoles regar sus cultivos que les asegurará cosechar el panllevar para sus familias o producir algodón que también es rentable muchas veces.
Cambio de actitudes
Precisamente, buscando un cambio de actitudes desde el poblador más humilde, el empresariado y las autoridades locales y regionales, la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Ica lleva adelante desde ayer el Primer Foro del Río Ica “Construyendo Sinergias por un Perú Mejor 2024”, en el auditorio del Colegio Médico de Ica, con la participación de expositores de primer nivel que desarrollan los ejes temáticos: Agua, Derechos Humanos y Desarrollo.
Según el director ejecutivo de la Cámara, economista Luis Vila Gonzáles, la idea surgió en medio de una serie de reuniones de los distintos comités institucionales del Agua, Agricultura y Derechos Humanos, teniendo en cuenta el impacto negativo en la agroexportación que genera el mantener el río Ica en estado insalubre.
Para el directivo de la Cámara, el estado de conservación del cauce principal de la ciudad de Ica es el reflejo de un caos institucional, donde los representantes del Estado no están cumpliendo a cabalidad su función en articular o facilitar elementos de seguridad, derechos humanos, desarrollo, entre otros.
Lamentó que Ica se encuentre en quinto lugar nacional de competitividad, cuando hasta hace poco ostentó el tercer lugar. “Esto se debe a la falta de sinergia, en que tanto las autoridades, instituciones y la sociedad civil unifiquen esfuerzos para enfrentar y solucionar problemas comunes como la inseguridad, la limpieza pública, medio ambiente, entre otros que están muy descuidados”, manifestó Vila Gonzales.
Efectivamente, actualmente no es fácil exportar productos, debido a que las empresas exportadoras deben exhibir certificados que garanticen el cumplimiento de ciertos estándares, como el desarrollo de guías en derechos humanos orientados a mitigar impactos sociales, tanto dentro de la empresa como fuera de ella, bajo la supervisión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD y otros organismos de promoción y regulación.
