En medio de la desazón, tristeza y repudio de los trabajadores y matarifes del Camal de Chincha, ayer fueron desalojados en razón a una orden judicial de allanamiento y descerraje.
Funcionarios y el propio alcalde provincial de Chincha, ingeniero César Carranza Falla, estuvieron monitoreando en todo momento cada minuto de la diligencia, en donde participaron más de 100 efectivos de la Policía Nacional y agentes de Serenazgo.
Al inicio, a pesar del rechazo, todo se desarrolló en completa y aparente tranquilidad; sin embargo, conforme pasaron los minutos, los ánimos se fueron caldeando hasta producirse enfrentamientos entre la Policía y varios trabajadores y trabajadoras del establecimiento.
Concretado el desalojo, maquinarias de la municipalidad procedieron a demoler en primera instancia gran parte de la antigua infraestructura.
Tal como lo aseguró el alcalde provincial, a quien le llovieron una serie de adjetivos y rechazo, en ese lugar se ejecutará el proyecto de un Parque Infantil.
Ahora los trabajadores quedaron sin un centro donde poder recaudar ingresos para la mesa de su hogar, que lo venían haciendo por más de 50 años, aproximadamente.
(Marco Pachas Castilla)