Por: Luz Mery Canales Trillo
@LuzCanalesTrillo
Vicegobernadora regional de Ica
Rechazo de los peruanos a Renovación Popular
Recientemente, Rafael López Aliaga no tuvo una grata bienvenida en Juliaca, Puno, cuando visitó esta ciudad para inaugurar un hospital de la Solidaridad. Los pobladores le lanzaron orine, en retiradas veces, entre gritos de “asesino”. Los puneños no olvidan que Aliaga y su partido Renovación Popular los terruquearon cuando salían a protestar el año pasado; asomismo, lo responsabilizan de avalar y proteger a Dina Boluarte.
Rafael López Aliaga se suma a la lista de Patricia Chirinos, del Wayki Oscorima, y de la ministra de Cultura, quienes han sido rechazados públicamente por los peruanos, siendo pifiados en las calles. Lo claro es que la población ya se dio cuenta e identifica quiénes son los partidos políticos que desde el Congreso toman el control del país sin respetar el equilibrio de poderes, ni el estado de derecho. Imponen leyes inconstitucionales de acuerdo a sus intereses. Son los mismos quienes rechazaron los siete pedidos de vacancia contra la presidenta para mantenerla hasta el 2026.
Definitivamente no es correcto que se reaccione con violencia por muy indignados que se encuentren los pobladores, pero sí veo un afán desafiante de quienes, a sabiendas del daño que le causan al país, se atrevan a querer recibir un baño de popularidad en lugares donde nuestros hermanos compatriotas murieron en las protestas y no se encuentre responsables.
Lo que hace esta coalición de partidos políticos que hoy controlan el país, tomando a Boluarte como su títere a cambio de mantenerla hasta el 2026, es aprobar leyes que favorecen el crimen organizado, que generan impunidad de graves delitos, que permiten la deforestación de la Amazonía, que impiden a la Fiscalía hacer su trabajo de dirección en la investigación; realmente, es indignante que todo esto ocurra sin que podamos hacer algo. Aunque se presenten demandas de inconstitucionalidad, en el Tribunal Constitucional, institución puesta por el Congreso, no existen garantías de que se defienda la democracia.
Ahora, como si nada hubiese pasado, vemos a muchos de estos partidos haciendo la campaña electoral para el 2026, recurriendo a lo mismo, dádivas, regalos, intentando comprarse a los electores, un modus operandi de cada cinco años. Depende de nosotros cerrarles el paso en las urnas.