Una propuesta integradora: los Congresos Americanistas de Lima de 1847 y 1864

| Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda

Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia

de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica

Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones

El Perú será la sede del próximo Congreso de APEC -o Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico- que el próximo mes de noviembre de 2024 se llevará a cabo en el Peru, y en Lima y otras ciudades peruanas se realizarán una serie de reuniones que se programan anualmente, siendo la tercera experiencia en ser el Perú el anfitrión, repitiendo las vividas el 2008 y 2016. El 2008, el Jurado Nacional de Elecciones estuvo presente a través de una exposición itinerante, bilingüe, que mostró al mundo, con textos e imágenes, la vocación de la democracia peruana.

La integración de las sociedades las conduce a encontrase entre sí cuando los caminos que transitan están cimentados sobre propósitos comunes y firmes, que se orientan hacia situaciones de bienestar mutuo, para el presente y para el futuro. Quizá, uno de sus antecedentes se pueda encontrar en el propósito bolivariano de anfictionía de Panamá, intención trunca que ahora es solo un recuerdo.

Hay dos gobernantes del Perú relacionados con los dos congresos americanistas que tuvieron a la ciudad de Lima como el escenario de propuestas, exposición de problemas comunes y soluciones tendientes a mantener la integridad americana frente a las amenazas de cualquier potencia extranjera; esos gobernantes fueron Ramón Castilla y Marquezado, en el primero; y Juan Antonio Pezet, en el segundo.

Primer Congreso Americanista de Lima

Anota Margarita Guerra Martiniere, presidenta de la Academia Nacional de la Historia, en su libro La República (Tomo VII de Historia General del Perú, Editorial Brasa S. A. Lima 1994), que después del propósito de Bolívar fueron pocos los intentos de solidaridad continental, incluso cuando se rumoró de los propósitos de establecer monarquías de casas europeas en América, en lo que se señala de complicidad al general ecuatoriano Juan José Flores, a quien hemos registrado por sus incursiones en la frontera con Sullana, en un libro de nuestra autoría.

La prematura muerte de Simón Bolívar en Santa Martha, Colombia, ciudad que se aproxima al quinto centenario de fundación española, no hizo posible que nuevos intentos inmediatos a la independencia convocaran a los representantes de las nacientes repúblicas hispanoamericanas, para tratar sobre problemas comunes que los llevaran a soluciones prácticas.

Esa visión americanista se evidenció luego en el Perú, con el Congreso Internacional Americano que se reunió en Lima en 1847 y al que fueron invitados los países de América, sentándose el precedente internacional de defensa de la soberanía continental. Era entonces presidente de todos los peruanos el mariscal Ramón Castilla y Marquesado, personaje aureolado de prestigio, que, junto a la figura de Miguel Grau Seminario, se convirtió en uno de los peruanos más recordados del siglo XIX.

Al parecer, uno de los logros del Congreso fue frenar el interés británico por la América, a través de casas reinantes, a imponerlas en un mundo que ya se había decidido por la república y por la práctica de la democracia representativa. Pese a todo, del dominio político hispano se había pasado al dominio económico británico, imponiéndose -además- las modas y gustos de esa gran isla, desde la que se dominaba el mundo.

Segundo Congreso Americanista de Lima

En el marco temporal de las discrepancias con España, que concluyeron el 2 de mayo de 1866, casi dos años antes, en 1864, se convocó al segundo Congreso Americanista de Lima, que inauguró sus sesiones, el 15 de octubre de 1864 en el Palacio Torre Tagle. En esta ocasión, como se hizo en 1847, retomándose la propuesta de unidad continental. Era presidente del Perú don Juan Antonio y Pezet, quien al poco tiempo sería dejado de lado del ejercicio de su cargo al considerársele responsable de los desaciertos en enfrentar a las pretensiones españolas en el Perú y América.

El historiador Jorge Basadre, en el tomo 5 de Historia de la República del Perú, (2005), hace conocer que a estas reuniones asistieron: Domingo Faustino Sarmiento (Argentina), Vicente Piedrahita (Ecuador), Juan de la Cruz Benavente (Bolivia), Justo Arosemena (Colombia), Pedro A. Herrán (Guatemala), Manuel Montt (Chile), Antonio Leocadio Guzman (Venezuela) y, por Perú, Gregorio Paz Soldán.

Señala Basadre que los propósitos del Congreso fueron los de declarar a la América unida por su independencia, sanciones morales para quienes impidiesen la unión, someter los problemas entre americanos al arbitraje, buscar los medios para terminar con los problemas de límites entre los países americanos, la firma de una convención postal, y buscar facilidades en reciprocidad, entre los países del continente.

De acuerdo a Guerra Martiniere, este segundo Congreso tuvo menos logros que el primero, ya que dio la apariencia de que varios países americanos no se sintieron afectados por las ambiciones españolas, que representaban un peligro para Perú, Chile, Bolivia y Ecuador, lo que llevó a la firma de compromisos que en realidad, más que ejecutivos, eran una especie de desideratas. Los 4 países mencionados firmaron una alianza defensiva que haría frente a las pretensiones españolas.

El Congreso funcionó hasta el 13 de marzo de 1865, quizá encontraron sin sentido seguir reuniéndose después de la firma del tratado Vivanco Pareja, que fue el resultado de un trato bilateral entre el Perú y España.

Sin embargo, antes de su clausura se aprobaron los tratados de unión, de alianza defensiva, uno de correos y uno de comercio y navegación, sin que ninguno fuese ratificado por el Perú y por las naciones que estuvieron representadas en las reuniones.

Dentro de la Colección Numismática del Jurado Nacional de Elecciones se guardan, en el Museo Electoral y de la Democracia, dos de las medallas que se acuñaron por el Congreso de 1864, una de cobre y una de plata, que se exponen en las salas del Museo, en cuyo diseño están los nombres de los asistentes y la fecha de la inauguración. También se conserva una fotografía testimonial que da cuenta de estas importantes reuniones en Lima, en medio de un contexto que no experimentaba grandes cambios socioeconómicos, con respecto a los de la estructura socioeconómica virreinal.

Por las reuniones APEC de los años precedentes en el Perú no se acuñaron monedas ni medallas conmemorativas, quizá por ser asuntos ya establecidos para su desarrollo anual, desde 1989, lo que los convierte en eventos ya programados, muy importantes, sin el carácter alterno de los Congresos Americanos reunidos en Lima en los años mencionados.

Hay gran expectativa por el próximo APEC; se han organizado foros, simposios y otras reuniones, como la que se ha convocado desde la Municipalidad Metropolitana de Lima para hoy, miércoles 16 de octubre, a las 10:00 horas, en el Salón Dorado del Teatro Municipal.

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