| Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia
de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica
Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones
La historia electoral en el Perú se remonta al año 1809, cuando se eligió al representante por el Virreinato del Perú ante las Cortes Generales Españolas, que habían sido convocadas tras la invasión de la Península Ibérica por los franceses. Había que tomar una determinación y, en este asunto, los americanos no podían estar ausentes, tanto como los filipinos, de los virreinatos españoles en esos lugares.
La reunión programada se frustró y al año siguiente, ante la convocatoria para la Cortes Extraordinarias de Cádiz, se eligió a los americanos a representar a sus jurisdicciones, en procesos que se llevaron a cabo, en cada uno de los territorios bajo el dominio de la Corona de Castilla; mientras tanto, los diputados suplentes empezarían a actuar hasta la llegada de los titulares.
Queda el registro de las elecciones en el interior del virreinato peruano, que estuvo representado por hombres de valía, como lo analizó oportunamente la historiadora Susana Llontop Sánchez Carrión en su tesis doctoral, dando detalles e interpretaciones sobre los procesos electorales y la actuación de los representantes del Virreinato del Perú en las Cortes de Cádiz.
Antes de la independencia
La historia de la democracia en el Perú comienza antes de la proclamación de su independencia, y antes de la definición de la República como forma de gobierno. En diferentes artículos, en diarios y revistas hemos dado a conocer sobre los procesos electorales regionales y en la capital virreinal, cuando todo se desarrollaba con gran solemnidad y siguiendo un protocolo nada parecido a los que se practican actualmente.
Queda un registro de las elecciones en el Perú virreinal, publicado por el ex Presidente Constitucional de la República, Valentín Paniagua Corazao, con los detalles de cada elección llevadas a cabo desde 1809, en diferentes meses. Hoy destacaremos algunas realizadas en el mes de noviembre, durante los siglos XIX y XX.
Recién el 14 de noviembre de 1811 se realizó la elección de Mariano de Rivera Pro, en Arequipa, para diputado por las Cortes Generales Extraordinarias de 1810 – 1813; se llevaron a cabo con evidente retraso. Recordemos que mientras llegaban los titulares, actuaban los suplentes, desde 1810, elegidos entre los peruanos residentes en España, como fueron los casos de Dionisio Inca Yupanqui, y Vicente Morales Duárez.
Asimismo, el 18 de noviembre de 1811 se efectuó la elección de Manuel Galeano por Cusco, para diputado por las Cortes Generales Extraordinarias de 1810 – 1813. Algunos de los elegidos tuvieron problemas para trasladarse a España, y nunca llegaron; sin embargo, eso no detuvo el funcionamiento de la Gran Asamblea Constituyente de Cádiz que, como producto de los debates y discusiones, dio a Hispanoamérica la Constitución de marzo de 1812, en que el concepto y ejercicio de la ciudadanía alcanzaba a los indios, mestizos, blancos, negros libertos, sin excluir a nadie por ser iletrado, siempre y cuando cumpla con la edad estipulada para la ciudadanía.
Desde diciembre de 1812 empezaron las elecciones para autoridades municipales, pasándose de la conformación de un cabildo tradicional a uno constitucional, siendo Lima, Trujillo y Piura algunas de las ciudades en elegirlos el mencionado mes.
De noviembre existen documentos sobre las elecciones parroquiales del 6 de noviembre de 1814, para elegir a los electores de la Parroquia del Sagrario, en la ciudad de Lima, ya que el sistema de elección era indirecto y no directo como se hace actualmente, los ciudadanos elegían a los electores y estos a las autoridades.
En esas elecciones del 6 de noviembre de 1814, hubo gran abstención de la mayoría criolla y peninsular, ya que al parecer no se concebía, ni se internalizaba ese cambio social promovido desde una medida jurídica que consideraba la conformación de los cabildos constitucionales mixtos, es decir, con representación de todos los estamentos sociales.
Era evidente que a los blancos criollos y peninsulares residentes en Lima no les gustó y esto se denunció, que la abstención fue porque quedaron entre los electores, mulatos, mestizos, pintores, sastres, plateros y gente de ocupación no conocida; todo esto motivó el rechazo de la población blanca, haciéndose una nueva elección el 20 de noviembre.
Asimismo, el 13 de noviembre de 1814, en Lima se realizaron elecciones parroquiales para elegir electores de la parroquia de Santa Ana, con escasa concurrencia de ciudadanos. Se presume que esto ocurrió por la anulación de la Constitución de Cádiz, por el Rey Fernando VII, pero es probable que todo haya sido una reacción parecida a la de los ciudadanos registrados para votar en la Parroquia del Sagrario.
Elecciones republicanas de noviembre en los siglos XIX y XX
En el Perú independiente, el general San Martín -en diciembre de 1821- convocó a elecciones municipales, que finalmente no se realizaron; y acto seguido a las elecciones para el Primer Congreso Constituyente en el Perú, que definiera la forma de gobierno que se adoptaría en el Perú independiente y se diera la primera Constitución.
Son muchos los procesos electorales posteriores a la promulgación de la primera Constitución, sería tedioso mencionarlos a todos, y de ellos queda registro en el diario oficial El Peruano, así como en los diarios regionales que se encuentran en la colección Porras Barrenechea de la Biblioteca Nacional, en la biblioteca del Instituto Riva Agüero, en el Archivo General de la Nación, en archivos regionales, y en el Fondo Museográfico del Jurado Nacional de Elecciones.
Cuando después de casi 40 años se volvió a elegir a los alcaldes, en 1963, las elecciones fueron en diciembre, y las siguientes se realizaron el 13 de noviembre de 1966. Ese año, nuevamente los peruanos acudieron a votar para elegir a las autoridades municipales que integrarían los gobiernos locales en las capitales de los distritos y de las provincias del Perú.
En 1969 no hubo elecciones municipales, ya que se había generado una sombra contra la democracia en octubre del año anterior, retomándose la elección municipal en 1980, el 23 de noviembre de ese año, que fue doblemente electoral, porque se eligió primero a los representantes del Poder Ejecutivo y a los del Poder Legislativo. En Lima se eligió alcalde provincial al arquitecto Eduardo Orrego Villacorta.
Sucesivamente, el 13 de noviembre de 1983, en elecciones Municipales en Lima ganó Alfonso Barrantes Lingán, candidato de Izquierda Unida; los limeños y neo-limeños lo eligieron como su alcalde. El 9 de noviembre de las elecciones municipales en Lima Metropolitana, convirtiéndose en el primer alcalde aprista de la ciudad Capital de la República.
Posteriormente, el 12 de noviembre de 1989, en las elecciones municipales de ese día, triunfo como alcalde Luis Ricardo Belmont Cassinelli, quien fue reelegido al final de su gobierno municipal; posteriormente, y con posicionamiento en el espacio político, lanzaría su candidatura a la Presidencia de la República. El 12 de noviembre de 1995, el triunfo correspondió como alcalde de Lima, a Alberto Andrade Carmona, quien fue reelegido en 1998.