A los 72 años de edad ha dejado de existir el maestro Gonzalo Alfonso Hernández Cuya, más conocido como “Coleguita”, quien dedicó 28 años de su existencia al servicio de la población iqueña laborando incansablemente en la EPS Emapica, incluyendo sábados, domingos y feriados, por el gran don que Dios le dio de ser útil a la sociedad.
Esto no es un cumplido para atenuar el dolor de su familia por haber partido a la inmortalidad, sino porque en los primeros meses del mortal coronavirus, y pese a ser persona vulnerable en razón a su edad solicitó a la gerencia de la empresa ser reincorporado al trabajo presencial, a fin de cumplir a cabalidad su función de jefe del Área de Cortes y Reconexiones de Emapica.
Es así que gracias a su trabajo honesto y consecuente hizo que la empresa recuperara significativamente su equilibrio presupuestal, el cual quedó casi en ruinas por gestiones anteriores. Los cortes del servicio no son un castigo o maldad de la empresa, sino un acto coercitivo para que los usuarios no se descuiden en los pagos que son el soporte financiero de la empresa municipal que se encuentra intervenida por la OTTAS; precisamente, para hacer que la gestión salga de las cuentas en rojo.
También se desempeñó como gerente comercial de Emapica, emprendiendo una dura batalla contra las conexiones clandestinas. Gracias a esta labor constante y honesta, la empresa en tres años elevó de 38 mil a 72 mil la cartera de usuarios y, por consiguiente, se mejoró ostensiblemente la recaudación.

De manera que Ica y Emapica le tienen a Hernández Cuya y a su familia una gran deuda moral, debido a que la empresa recién cuenta con recursos para mejorar el servicio, las conexiones y las lagunas de oxidación de Cachiche.
Cuando “Coleguita” cesó hace poco por límite de edad, la gerencia y sus compañeros lo despidieron con honores por la esforzada labor cumplida, aun exponiendo su salud y sacrificando horas y días de descanso.
Sin duda, cuando a las 3:00 de la tarde de hoy sus restos lleguen a la empresa también serán despedidos con honores, con banda de música y la presencia obligada del alcalde Carlos Reyes, del gerente de la empresa, funcionarios y trabajadores en general, en señal de gratitud por la ejemplar labor cumplida.
Sus restos vienen siendo velados en la Av. Acomayo 456 – Parcona, donde vivía con su familia y era muy querido por el vecindario.
Daniel Bravo Dextre