LA VOZ DE LOS BICENTENARIOS

Mg. Juan Carlos Romaní Chacón

Presidente del Comité Patriótico Bicentenario

de la Independencia del Perú – Provincia de Ica


Homenaje a los próceres iqueños olvidados y su legado en las batallas de Junín y Ayacucho:

Juan José Salas Bernales e Isidoro Caravedo Álvarez

Bajo la sombra de un reservorio de agua, de 30 metros de altura, escondida entre puestos de venta de comerciantes ambulantes, circundada por calles polvorientas, se yergue imponente una moderna infraestructura…la Institución Educativa No. 22333 “General Juan José Salas Bernales”, en el centro poblado Santa Cruz de Villacurí (hoy mal llamado sector Barrio Chino), en el distrito agroexportador de Salas – Guadalupe. El autor de este modesto artículo visitó dicho sector para comprobar si se exhibía el nombre y el retrato del prócer iqueño Juan José Salas en el frontis del centro educativo que lleva su nombre…no lo encontré…solo observé pintada en la pared una insignia y el número de la institución educativa. Luego ingresé con temor al moderno plantel y pregunté a una profesora -en plena clase de educación física- si es que el colegio llevaba el nombre del prócer…”¡si…este colegio lleva el nombre del General Juan José Salas… !” respondió con entusiasmo mi colega docente. El alma regresó a mi cuerpo y comprobé que sí es posible rescatar del olvido a nuestros próceres iqueños. 

Juan José Salas Bernales

Joven hacendado iqueño que, siendo alcalde del antiguo cabildo español -con sede en la actual plaza de armas de Ica-, entregó su fortuna, su inmensa hacienda Macacona al servicio del Ejército Libertador del Perú, de nuestro Libertador José de San Martín. Recordemos que Macacona comprendía los territorios de los actuales distritos de Ica, Subtanjalla, San Juan Bautista, Salas y el actual centro agroexportador de Santa Cruz de Villacurí, mal llamado Barrio Chino. Por recientes conflictos sociales con tomas de carretera. Salas Bernales se pasó al bando patriota y fue designado el primer alcalde de Ica independiente, y gobernador político (equivalente al actual rango de gobernador regional de Ica), con el respaldo de la División Libertadora del Perú, la Expedición de la Sierra, al mando del Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, enviado por San Martín a Ica el 6 de octubre de 1820. El emprendedor y joven hacendado iqueño, Juan José Salas, luego de apoyar con armas, dinero, caballos, hombres, logística, para las victorias de Palpa, Changuillo, Nasca y Acarí, convocó a cabildo abierto, y el 21 de octubre de 1820, en la plaza de armas de Ica, el pueblo iqueño se atrevió a proclamar por primera vez la independencia del Perú, un año antes que la ciudad de Lima. El pueblo iqueño pagó caro su atrevimiento y fue recapturado el 26 de noviembre de 1820, luego de una refriega en los alrededores del actual Santuario de Yauca, y el pequeño destacamento iqueño, la retaguardia de Arenales, fue masacrado. Fueron 14 reclutas novatos iqueños anónimos, que dieron tiempo a la Expedición de la Sierra, para tres años después contribuir con las victorias de Junín y Ayacucho. Como todo gran enemigo de un peruano es otro peruano, a Juan José Salas lo acusaron de traidor y se olvidaron que fue el primero en entregar su vida, sus bienes y su familia por la causa de la libertad y de la independencia que hoy gozamos.

Isidoro Caravedo Álvarez

29 de diciembre de 1820

El combate olvidado de Azapampa – Huancayo

Isidoro Caravedo, con sus fuerzas reorganizadas y al mando del Escuadrón de Caballería de Ica, integró el renovado ejército patriota de José Félix Aldao, reforzado con campesinos y arrieros de Jauja, Tarma y Huancayo para enfrentarse al ejército virreinal en la pampa de Azapampa, en las afueras de Huancayo. Las fuerzas patriotas con mucho valor, pero con escasa preparación y escaso armamento, fueron derrotadas, con más de mil combatientes fallecidos. José Félix Aldao y el patriota iqueño Isidoro Caravedo, al mando de las tropas sobrevivientes, se retiraron para reorganizarse más tarde, y seguir resistiendo a las fuerzas virreinales, hasta lograr reconquistar los territorios perdidos en la sierra y en la costa.

Del Escuadrón “Auxiliares Patriotas de Ica”

Al Regimiento “Granaderos a Caballo de Los Andes” y las victorias de Junín y Ayacucho

San Martín, por Orden General del 20 de febrero de l821, creó la Primera División Peruana, recibiendo el mando el coronel Agustín Gamarra, posteriormente Presidente de la República. Dentro de esta gran unidad quedó incorporado el mencionado escuadrón iqueño, reconociéndose su fuerza y valor. Si bien permaneció con sus mismos jefes y organización humana, le fue cambiado el nombre por “Escuadrón de Granaderos a Caballo del Perú”.

El título de este nombre también es sumamente honorable. En aquella época ser llamado “granadero” significaba, aparte de ser un jinete de mucha habilidad y buen porte militar, el tener que marchar delante de todas las tropas en busca del enemigo. Este honor dado a los primeros soldados iqueños, tomó mayor resonancia cuando en junio de l822, y por orden del propio general San Martín, el escuadrón pasó a ser parte del célebre Regimiento del Río de la Plata, el llamado “Granaderos a Caballo de los Andes”, luchando en l824 con arrojo, fe y corazón, en las bravas batallas de Junín y Ayacucho, las que consolidaron la independencia del Perú y de toda América española. Finalmente, la noble y heroica actitud de los jinetes de este intrépido escuadrón, y demostrado con creces en la cruenta jornada de la emancipación, era consecuencia de la larga y constante participación del hombre iqueño por los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Dicha participación histórica en la gesta libertaria está testimoniada en un conjunto de hechos sucesivos que así lo atestiguan y que, creo, no debemos olvidar, pues en ellos los iqueños entregaron su sangre, vida y todo lo que tenían.

Parte de Guerra del Combate de Huancayo

(29 de diciembre de 1820)

Señor General en Jefe del Ejército Libertador del Perú.

Excmo. señor: Por orden del Sr. General de vanguardia, comunicada al comandante general de esta división, tomé su mando el 28 del presente mes, en las apuradas circunstancias de encontrarse campadas las fuerzas combinadas de Ica y provincia de Jauja, en el pueblo de Huayucachi, a cinco leguas de Acostambo donde se hallaba el enemigo… y sin más oficiales subalternos que unos cuantos que le ayudaron en el acto del combate, y el ayudante, mayor accidental del Estado Mayor, y en propiedad del regimiento de caballería de Ica D. Isidoro Caravedo, quienes a pesar de sus esfuerzos, no pudieron contener ni a oficiales ni a soldados, que recomiendo a V.E. Manteniéndose siempre el enemigo en columna cerrada, no puedo asegurar si toda su fuerza es veterana; pero su caballería llegará a 350 hombres útiles y bien montados .- Concepción de Jauja y diciembre 29 de 1820. – Dios guarde a V.E. muchos años.

J. Félix Aldao.

Fuente:

Manuel C. Bonilla – EPOPEYA DE LA LIBERTAD 1820 – 1824

Reminiscencias Históricas de la Independencia del Perú

TOMO I – Setiembre a Diciembre de 1820 – Lima 1921

Imprenta Americana, Girón Lampa 230 – 234

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