
Un ejercicio ciudadano para recuperar y ejercer la democracia en serio
Patricia Correa Arangoitia
Educadora, exministra de Educación
@correapatricia
Iniciamos un nuevo año, con el desafío en el Perú de no rendirnos ante la crisis política y social en la que nos vemos sumidos, y con ello buscar salidas democráticas a los diferentes tipos de violencia, como el sicariato, la corrupción, la ausencia de servicios de educación y salud de calidad, la inseguridad, la falta y calidad del agua, la contaminación del aire, entre otros. Todo ello ante la ausencia de un Gobierno nacional y la renuncia de los gobiernos regionales y gobiernos locales a ser gobiernos descentralizados, con autonomía y liderazgo, que lleven adelante los cambios requeridos.
Ante este escenario, requerimos, como en toda democracia, encontrar respuestas en la ciudadanía, volver al espacio local y a sus vecinos – ciudadanos, que conocen mejor que nadie en la cotidianeidad, cuáles son los problemas principales y urgentes que enfrentan y encontrar las salidas con ellos.
Sin embargo, el trunco proceso de descentralización dejó de lado uno de los pilares de la democracia: la participación ciudadana, a pesar de que los gobiernos regionales y locales están obligados a promoverla, en la formulación, debate y concertación de sus planes de desarrollo y presupuestos, y en la gestión pública, garantizando para ello la conformación y funcionamiento de espacios y mecanismos de consulta, concertación, control, evaluación y rendición de cuentas.
Para ello, requerimos fortalecer los espacios de participación vecinal y ciudadana, ya establecidos en nuestros ordenamientos legales, como las Juntas Vecinales Comunales, la Junta de Delegados Vecinales Comunales, entre otras (1).
Sin embargo, estos espacios no están establecidos en todos los gobiernos locales y en muchos casos son una tibia exigencia “formal”, considerando que algunas autoridades locales lo ven más como un obstáculo a sus decisiones, ya que consideran que consultar o escuchar retrasan la gestión y no aceptan ser fiscalizados por la ciudadanía. Ajenos al impulso y ventajas de la gobernanza, les resulta más óptimo gobernar a puertas cerradas, sin embargo, el costo de ello es altísimo.

Durante mucho tiempo hemos mirado hacia arriba, creyendo que las salidas vendrán desde las autoridades nacionales, regionales o locales. Las respuestas no vendrán desde arriba, vendrán de la ciudadanía organizada, vendrá desde quienes viven los problemas diariamente e imaginan como resolverlas, de allí que el impulso y fortalecimiento de estos espacios es prioritario.
La calidad de la representación y la democracia en el Perú nos la jugamos en estos espacios locales y vecinales. La gran tarea es reconocer esa voz experta del territorio que aporta a la construcción de una democracia real. La verdadera representación política vendrá de esa representación local que hemos invisibilizado y abandonado.
(1) Establecidas en la Ley Orgánica de Municipalidades. Además de otros mecanismos de participación tan importantes como la consulta popular de revocatoria, la demanda de rendición de cuentas, la remoción, la iniciativa, el referéndum, el cabildo abierto, la petición o el presupuesto participativo, establecidos por ley.