Andrea es una adolescente de apenas 12 años de edad. Ella recuerda con mucha nostalgia como en setiembre del año pasado fue llevada a insistencia de su prima Kenia a los talleres de repostería que la municipalidad distrital de Alto Larán, en Chincha, ofrece totalmente gratis.
Allí fue recibida, al igual que sus demás compañeras, por la profesora Carmen Aburto para impartirle sus primeras clases. En realidad, era la primera vez en que se animaba a intentar preparar, bocaditos, kekes, dulces, entre otras exquisiteces.

Fue tanta la dedicación que le puso Andrea a cada clase, 3 veces a la semana, que ella misma se encargó luego de convencer a su mamita Nataly Mendoza Atúncar para poder asistir, al igual que ella, a dichos talleres, que -por cierto- en el distrito lareño se vienen haciendo tan populares por el trampolín que estos cursos significan en las ganas de emprendiendo de muchas mujeres.
Es así en que Nataly y su hija Andrea Rivera empezaron a acompañarse en cada clase que la maestra Carmen alistaba desde diciembre hasta el día de ayer, fecha en que se dio por clausurado los Talleres de Verano.
«Empezó a gustarnos poco a poco, hasta el punto que ahora ya sabemos preparar juntas el rico pionono, la torta de 3 leches y los pie de manzana, entre otras delicias», explicaba la señora Nataly.
Ella, por cierto, contó al Diario La Opinión cómo distribuye su tiempo desde que se despierta (a las 5.00 am), para dirigirse a su trabajo en el campo, en la cosecha de mandarina. Regresa a casa a preparar el almuerzo para sus hijos y luego se dirige con su niña a sus cursos de repostería.
«Ya preparamos muchos dulces en casa, le vendemos a nuestros vecinos y ahora pensamos en emprender un negocio para promocionarnos por las redes sociales», relataron con mucha satisfacción éstas dos Mujeres de Bronce. (Marco Pachas Castilla)