El 06 de julio es una fecha muy especial, porque, con mucha justicia, se celebra el “Día del Maestro”. De ese personaje, dama o varón que fue el artífice y guía de nuestro aprendizaje, de nuestra formación espiritual y de nuestro destino.
La vida me hizo recorrer distintos caminos: algunos felices y dulces, otros escabrosos y amargos que transité con muchos sacrificios. He logrado títulos, altos cargos a nivel regional y nacional, así como muchos reconocimientos en las distintas regiones del Perú; pero, el título que engrandeció mi vida y me hizo sentir realizado, fue el que me permitió estar en las aulas de los colegios, de los institutos superiores, de universidades y en salones de conferencias, frente a jóvenes y adultos, compartiendo con ellos conocimientos, experiencias y momentos de bromas y alegrías.
Debo confesar que, de los títulos alcanzados, el que me ha hecho sentir realizado y brindado las más grandes satisfacciones ha sido el de MAESTRO, porque me sigue regalando el recuerdo, el respeto y la gratitud de mis exalumnos, con muchos de los cuales seguimos en el camino de la amistad, de la camaradería y el aprendizaje, compartiendo gratísimos momentos, especialmente con los de la Promoción 1,977 “José Abelardo Quiñones” de nuestro inolvidable colegio “San Luis Gonzaga”, donde transcurrí más de cuarenta años: 05 como alumno y 35 y medio como docente. Esta Promoción está integrada por los hoy excelentes profesionales y prósperos empresarios, cuyos éxitos son indiscutibles.
Hace un tiempo publiqué en mi libro “Voces del Alma” un poema dedicado a mi inolvidable Maestra Grimanesa Ramos, que hoy quiero compartir con ustedes.
MAESTRA
Te acuerdas dulce Maestra
cuando niño me enseñabas
a hilvanar letra con letra
para ir formando palabras.
Hiciste que conociera
los números como amigos
y aprendí a jugar con ellos
Inclusive los domingos.
Las sumas debían ser
de cariño y obediencia
las restas de travesuras
de juegos e imprudencias.
Ahora estás en el cielo
contemplando con regocijo
que tu siembra no fue inútil,
te lo digo como hijo.
José Castro Silva