Según la Real Academia Española, la palabra promesa significa «Expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo» (1). Pocas cosas dañan tanto el prestigio de una persona como no cumplir una promesa, faltar a la palabra otorgada es tomar el camino equivocado. El que promete algo busca encender la ilusión de alguien más y el peor error que se puede cometer es el incumplimiento. En vano está dar explicaciones del por qué no se hicieron las cosas: los pretextos sobran y las excusas no son suficientes (2).
Una tarde de verano al conversar con ella, hablamos de su infancia y lo duro que fue salir de su ciudad natal para luchar y seguir adelante en una capital de provincia en la costa del Perú. Recordaba con nostalgia esos años y hubiera preferido congelarlos en el tiempo para hacerlos duraderos. Al final de su existir, una terrible enfermedad se llevó su último suspiro. Sin embargo, una de esas tardes «prometí llevarla a su ciudad natal» cuando estuviera mejor de salud y conocer in situ sus historias y anécdotas (3).
Su fenecimiento no fue un obstáculo para cumplir con mi promesa y palabra otorgada a ella. Para cumplirla, decidí transferir mi promisión a su esposo y así concretarla. Programé un viaje para llevar a su esposo a su ciudad natal, conocerla y conversar de sus vivencias pasadas de su infancia y juventud. Un largo recorrido por el sur del Perú nos permitió llegar a su ciudad originaria y pudo recordar entrañables momentos vividos, al encontrar los lugares donde caminó por muchos años y ver a sus familiares. Al término y retorno del largo viaje, aún emocionado, un agradecimiento dibujado en su sonrisa y algunas lágrimas fue expresado con algarabía. Solo pude decirle que guarde en su mente y corazón este bello viaje y que no había nada que agradecer.
Este lugar altiplánico se llama «Pisacoma», conocido por sus pinturas rupestres y su ganadería. Los pobladores más remotos de este lugar fueron cazadores hace más de diez mil años antes de Cristo y en los restos de estas pinturas resaltan las figuras de camélidos sudamericanos y registros de sus principales actividades. En su decreto de creación, de mayo de 1854, se creó la provincia de Chucuito – Juli, cuyos distritos en su inicio fueron Ilave, Pomata, Zepita, Yunguyo, Desaguadero, Huacullani, Santa Rosa y Pisacoma (4).
Entonces ¿Qué hace que una promesa sea vinculante? Un argumento es que las promesas son vinculantes porque el acto de hacer una promesa crea expectativas en el prometido, expectativas que sería moralmente incorrecto decepcionar; y el otro argumento se basa en las consecuencias de realizar una promesa, es decir las acciones generadas por cumplirla (5). Las promesas son simples, pero poderosas; por lo tanto, su incumplimiento puede tener un impacto inimaginable en la otra persona. Puede causar desilusión, tristeza e incluso dolor. Cuando haces una promesa, le estás dando tu palabra a alguien y esa persona esperará que tú la cumplas. Ser capaz de cumplir tu palabra o tus promesas dice mucho sobre tu carácter y sobre quién eres en realidad. La confianza es muy importante y romperla puede arruinar una relación. Las relaciones se basan en el respeto y romper una promesa puede afectarla (6).
Al final, transferir una promesa y cumplir el objetivo de la misma con su esposo me permitió generar una cavilación y entender que, en estos momentos genuinos de mi existencia, brindar destellos de felicidad a un ser querido es invalorable, otorgando el valor de tu palabra. Piensa un instante y recuerda tus promesas pendientes, haz un esfuerzo y concrétalas, esa otra persona estará feliz esperándote y, sin lugar a duda, te lo agradecerá eternamente.
Enlaces de interés
1. https://dle.rae.es/promesa
2. https://www.forbes.com.mx/la-importancia-de-cumplir-con-la-palabra/
4.https://web.archive.org/web/20170930183639/http://munipisacoma.gob.pe/pisacoma/historia/Patterson, D.M. The value of a promise. Law Philos 11, 385–402 (1992).
5. https://doi.org/10.1007/BF01003983
6. https://thisibelieve.org/essay/42585/