A propósito del terremoto en México, es necesario recordar que el Perú también es sacudido periódicamente por movimientos sísmicos debido a que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico. De hecho, Lima es la zona del país donde se ha acumulado la mayor cantidad de energía sísmica que, solo se liberará con un sismo de magnitud superior a 8.
Pero, ¿cómo diferenciar en qué situación debemos emplear el término temblor, sismo o terremoto? El presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, explica cómo referirnos apropiadamente cuando hablamos de movimientos telúricos.
De acuerdo con el experto, los peruanos tenemos la costumbre de llamar terremoto cuando el sacudimiento del suelo produce daño en las viviendas o en las personas y cuando no hay daños se trata solo de un temblor. Sin embargo, señaló, es un tema de cultura y de costumbres.
“En términos generales un sismo, un temblor o un terremoto significan vibración súbita del suelo o del subsuelo debido al paso de las ondas sísmicas. Técnicamente son lo mismo, son sinónimos”, dijo Tavera a la agencia Andina.
En otros países, comentó, hay una sola denominación para los eventos telúricos. En Estados Unidos se les conoce como terremoto (“earthquake”), en Francia y México también les llaman temblores. “Solamente aquí en el Perú asociamos a distintas palabras. Entonces, para no entrar en discusión, nosotros preferimos utilizar el término sismo”.
Sin embargo, para medir el nivel de daño en la superficie, el IGP usa la escala de Mercalli, que consta de doce grados (I al XII), de menor a mayor.
Tavera señaló que en el caso del sismo registrado el último 30 de julio en Piura, el mayor daño se concentró en Sullana, Piura y Paita, zona cercana al epicentro del sismo, con intensidad VII en la escala de Mercalli modificada. A su vez, en la ciudad de Tumbes la intensidad ha sido de IV porque el sacudimiento fue más leve, mientras que en Guayaquil la intensidad fue de II debido a que estaba más lejos.
¿Liberar energía para evitar gran sismo?
Popularmente se cree que los pequeños temblores liberan energía y evitan así que ocurra un gran terremoto, pero ¿qué tan cierto es esto? Según el sismólogo, los movimientos telúricos de magnitud baja (3, 4 o 5) realmente no ayudan en nada.
Cada vez que se incrementa la magnitud en un grado significa 30 veces más energía. Para comprenderlo mejor, Tavera usó la siguiente equivalencia: un sismo de magnitud 5 libera la energía equivalente a una bomba atómica como la que estalló en Hiroshima; un sismo de magnitud 6 equivaldría a 30 bombas atómicas; un sismo de magnitud 7 a 900 bombas atómicas; un sismo de magnitud 8 sería similar a 27,000 bombas atómicas y uno de magnitud 9 libera la energía de 810,000 bombas atómicas.
“El terremoto de Japón del 2011, de magnitud 9.0, produjo una longitud de ruptura de 450 kilómetros (km); el sismo de Pisco de 2007, de 200 km aproximadamente; el sismo de 2001 en Arequipa, de 300 km; el sismo de Mala del 22 de junio solamente ha producido una ruptura del orden de 7 km. Entonces, los pequeños sismos solamente producen rupturas de milímetros o centímetros, en comparación con los grandes sismos que sí producen grandes longitudes de ruptura”, agregó.
(Por Shirley Reyes – Agencia Andina)