
|Luis Edgardo Figueroa Montes
Médico patólogo clínico.
Director de Medicina del Laboratorio
www.medicinadellaboratorio.com
En el verano de 1630, un manto de profunda preocupación y tristeza se instaló en la capital del virreinato del Perú. El palacio virreinal de la Ciudad de los Reyes (hoy Lima) era un mar de silencio y pesadumbre, solo roto por algunos susurros entre la servidumbre y los pasos apresurados de algún galeno que traía un nuevo método o remedio para tratar de sanar a la virreina, doña Francisca Enríquez de Rivera, condesa de Chinchón y esposa del virrey del Perú, Luis Jerónimo Fernández de Cabrera (1).
Hacía semanas que su estado empeoraba. Lo que comenzó con unas ligeras fiebres y algún vómito ocasional, dio paso a un debilitamiento atroz, con fiebre elevada y constante (descrita como fiebre terciana), escalofríos y una pérdida de peso significativa, producto de la enfermedad y de la nula ingestión de cualquier alimento sólido, pues había perdido por completo el apetito y, además, su cuerpo débil no admitía nada (1).
Una servidora del ande peruano la animó a tomar una sustancia disuelta en agua que diferentes pueblos andinos utilizaban desde tiempo atrás para curar dolencias semejantes a las que ahora aquejaban a su señora. El remedio resultó milagroso y, tras frecuentes tomas, a las pocas semanas la virreina estaba recuperada en plenitud (1).
Aquello que su servidora le había dado de beber era quinina, componente extraído de la corteza del árbol de la quina. Triturada la corteza y convertida en polvo, este producto que la naturaleza ofrecía fue clave para salvar a la virreina. El feliz desenlace de la enfermedad corrió como la pólvora en el entorno cortesano del Perú y, a partir de entonces, la quinina cobró gran importancia para los españoles, exportándola pronto a Europa por sus valiosas propiedades medicinales.
La malaria o el paludismo tenían cura, enfermedad transmitida por un parásito protozoario del género Plasmodium. De hecho, más de un siglo después de aquella providencial sanación de la virreina del Perú y condesa de Chinchón (1). Los rumores llegaron a oídos del sueco Carlos Linneo, un científico reconocido en el campo de la biología. Linneo, tributando un homenaje a la virreina y condesa de Chinchón, señala a la quina el nombre que hoy le da la ciencia: «Chinchona». El botánico sueco le otorga a este árbol el nombre científico de Cinchona officinalis, con el que se conoce en la actualidad (2).
El autor peruano Fernando Cabieses, en su libro «La salud y los dioses. La medicina en el antiguo Perú (2007)», describe de manera ejemplar cómo la medicina tradicional ha tenido un papel principal en la historia del Perú. Tanto así que podemos ver el árbol de la quina reflejado en nuestro escudo (3). Cabieses menciona que la medicina de los conquistadores se caracterizaba porque, en plena colonia, aún no se conocían, por ejemplo, los estudios de Harvey (circulación de la sangre) o Vesalio (la anatomía). Las enfermedades más comunes se curaban durante los siglos XVII y XVIII, viendo la sedimentación de la orina. En conclusión, la medicina incaica era superior, sobre todo por el amplio conocimiento de las virtudes curativas de las plantas medicinales, como la coca, quinina, curares amazónicos, entre otras (4).
Ricardo Palma Soriano, escritor costumbrista, tradicionalista, periodista y político peruano, conocido, famoso por sus relatos cortos de ficción histórica reunidos en el libro «Tradiciones peruanas», en su relato titulado «Los Polvos de la condesa», narra: …La condesa de Chinchón estaba desahuciada ¡Tan joven y tan bella! -decía a su amigo el desconsolado esposo-. ¡Pobre Francisca! ¿Quién te habría dicho que no volverías a ver tu cielo de Castilla ni los cármenes de Granada? ¡Dios mío! ¡Un milagro, Señor, un milagro!… Atacado de fiebres, un indio de Loja llamado Pedro de Leyva bebió para calmar los ardores de la sed del agua de un remanso, en cuyas orillas crecían algunos árboles de quina. Salvado así, hizo la experiencia de dar de beber a otros enfermos del mismo mal cántaros de agua en los que depositaba raíces de cascarilla. Con su descubrimiento vino a Lima y lo comunicó a un jesuita, el que, realizando la feliz curación de la virreina, hizo a la humanidad mayor servicio que el fraile que inventó la pólvora. Los jesuitas guardaron por algunos años el secreto, y a ellos acudía todo el que era atacado de tercianas. Por eso, durante mucho tiempo, los polvos de la corteza de quina se conocieron con el nombre de «polvos de los jesuitas» (5). En resumen, beber agua con corteza de la Quina, salvó a la virreina.
La quina es un árbol andino de hojas anchas, que puede superar los 15 metros de altura y está emparentada con el café. Lo que la hace valiosa es su corteza, rica en quinina. Este alcaloide es el que le dio fama al árbol. La quinina corta el ciclo de vida del parásito de la malaria y le impide infectar otros glóbulos rojos, que es donde se alimenta y reproduce. Desde su descubrimiento y durante tres siglos, el alcaloide fue el medicamento más efectivo para combatir la malaria. Investigaciones publicadas en las revistas Nature y National Geographic sostienen que la malaria o paludismo pudo haber matado a más de la mitad de todos los seres humanos que han existido (6).
¿Te preguntaste porque el agua tónica es ligeramente amarga? Hielo, una parte de gin, dos partes de agua tónica y una lámina de piel de limón, es la receta clásica de un gin tonic. El coctel, sin embargo, no nació sobre una pulida barra de madera sino durante las campañas de conquista inglesas en medio de las ciénagas de la India. Para ocultar el amargor de la quinina los soldados la mezclaron con agua de soda, lo que da como resultado el agua tónica (7).
Conocer de nuestra historia, con el descubrimiento de medicamentos como la Quinina y cómo esta medicina salvo de la muerte a millones de personas en la lucha contra la malaria en el mundo, es necesario. Por eso, a disfrutar de un buen Gin tonic.
Enlaces de interés
1.https://www.tuotrodiario.com/noticias/2019082383021/mujeres-historia-virreina-peru-descubridora-quinina/
2.https://revistas.urp.edu.pe/index.php/El_Palma_de_la_Juventud/article/view/3997/6432
3.https://www.amazon.com/-/es/Fernando-Cabieses-Molina/dp/9972982114
4.Los sabios del Perú. A. Sotelo, 2014: https://www.librosperuanos.com/libros/detalle/13946/Los-sabios-del-Peru
5.https://www.miraflores.gob.pe/wp-content/uploads/2020/09/Los-polvos-de-la-condesa_-Ricardo-Palma.pdf
6.https://www.bbc.com/mundo/noticias-40744976