| Daniel Bravo Dextre
Al cumplirse un mes de la repentina muerte del líder social Carlos Huauya Paucar, numerosas personas hicieron en la mañana de ayer un plantón en el frontis de la Corte Superior de Justicia de Ica, demandando justicia y que se esclarezca su deceso, pues existen indicios razonables de que habría sido asesinado.

Según la hipótesis que manejan los amigos, los supuestos asesinos lo golpearon de tal forma en la cabeza y dentro de su casa para que aparezca un accidente. Desafortunadamente, la Policía, sus familiares y amigos inicialmente se llevaron esa impresión, porque no presentaba herida de bala o lesiones por arma punzo-cortante.
Todo cambió cuando se hizo la inspección técnico policial en el domicilio de Carlos Huauya, donde se halló manchas de sangre en la pared, y cuando se conoció el resultado de la necropsia de ley que arrojó muerte por TEC grave, fractura de la base craneana y politraumatismo.
Entonces, lo que se necesita saber ahora son los resultados de la investigación del presunto asesinato del también asesor político del electo gobernador regional, Jorge Hurtado Herrera; la cual ha estado a cargo de la fiscal penal, Pilar Urbina.

La Divincri tampoco debería dar por concluida la investigación por el presunto homicidio, teniendo en cuenta que la víctima en su calidad de abogado defendía a diversas personas que tenían problemas con sus predios en Tierra Prometida. Deben existir testigos en caso el exasesor haya recibido alguna amenaza. El plantón de ayer denota que los amigos tienen fundadas sospechas de que no murió al golpearse accidentalmente, sino que alguien le profirió golpes en la cabeza de necesidad mortal.
Tal vez no tuvieron intención de matarlo, sino de intimidarlo. Pero, de todas maneras, murió a causa de esos probables golpes en la cabeza, por cuyo motivo las investigaciones no deberían cesar hasta dar con los responsables para que reciban castigo por el presunto delito de lesiones graves con subsecuente muerte.