| José Luis Ramos Pineda
En recuerdo de dos amigos:
Juan Diego Rivera Tosi
Manuel Casiano Anicama Bravo
Hoy vamos a recordar a dos amigos ausentes. Uno, identificado con la cosmovisión andina, sus costumbres ancestrales.
Otro, dedicado a la docencia, maestro e identificado con las disciplinas deportivas.
Juan Diego Rivera Tosi
A dieciséis años de su partida, 02 de agosto de 2007, amigo de siempre, identificado con el pensamiento andino, hombre respetuoso de la naturaleza y de su cosmovisión, la cultura aimara, la nación quechua pilares de Nuestramérica.
Compilador de nuestro pasado a través de las imágenes de «Ica de Ayer y de Hoy».
La amistad se inició de una simple reunión de representantes del sector turismo en una estación de intercambio de opiniones con un empresario ilusionista. Eso hace ya un cuarto de siglo.
Pero del Juan Diego que conocimos, del que conocen sus amigos muy respetados, debemos de destacar su afición por la música, el arte y, sobre todo, ese afán de motivador de conciencias cuando conferenciaba ante cualquier personaje ilustrísimo. Las conversaciones nos llevaban más allá de nuestras cortas fronteras, porque hablar de los pueblos de Nuestramérica, desde Nicaragua, Cuba, Chile, el Perú o Uruguay, era acompañado con las melodías de cada pueblo y de cada experiencia vivida en aquellos años de la década del 70.
En cierta oportunidad comentábamos sobre la Guerra Civil Española y, al tararearle algunas canciones del Frente Popular, no hizo más que alargar la mano y mostrarnos el casete musical de Rolando Alarcón o Canciones de la Revolución Mexicana, o el de Cutumay Camones de El Salvador, o del Grupo Moncada de Cuba, Los Olimareños de Uruguay, y para los melómanos y amantes de la música cubana nos ofreció como regalo el vídeo casete Lágrimas Negras, con la Vieja Trova Santiaguera.
Esto, cuando todavía la magia de la informática por estos lares no conocía los DVD.
¿Será que siempre se adelantó a las circunstancias?
Lo cierto es que nos deja todo un recuerdo en sus escritos acerca de la realidad cultural de Ica, viejos testimonios fotográficos de la Ica antigua, empecinado defensor del medio ambiente y conservacionista, divulgador de la Reserva Nacional de Paracas, con el hábitat natural de las aves graficadas en sendas películas y en sus almanaques.
Es decir, amigos, un hombre de cultura amplia.
Caminador de las calles y el universo andino.
Decidió descansar en Huaytará.
Manuel Caciano Anicama Bravo
Siete años de ausencia del director de la columna deportiva con el título, nombre y apellido de CANASTA, PUNTO Y GOL.
Profesor y maestro, deportista y amante de todas las disciplinas deportivas, comentarista, analista y crítico como él, bastaba con leer su columna publicada en LA OPINON para estar informados con las actividades de la semana deportiva de Ica y la capital.
A lo largo de ese camino muchas veces fue crítico duro para quienes hacen suyo el deber de informar con la verdad y nada más con la verdad.
A “Cacianito”, como le llamaban sus amigos, se le recuerda comentando aquellas tardes de futbol cuando jugaban los equipos iqueños de todos los colores, alentando, exigiendo los cambios necesarios para que el equipo saliera victorioso, así fue en el basquetbol, voleibol, atletismo y cuanta competencia se realizara.
En la redacción de LA OPINION se le recuerda haciendo entrega de sus escritos y notas deportivas en gruesos papeles y con letra grande para que no se equivocaran los integrantes del equipo de redacción.
“Cacianito” es, ha sido y será parte integrante de aquellos maestros del micrófono, de la prensa deportiva que todos los iqueños recordamos.
Cada palabra expresada quedará grabada en la memoria.
Cada gesto suyo quedará en nuestra retina.
Cada abrazo de él queda en nosotros.
Cada mirada amorosa y tierna están bien guardadas en el corazón.
