
| Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
En la Constitución del Estado dice claramente que “bajo principio universal se garantiza el libre ejercicio profesional, la libertad y el derecho de igualdad en el trabajo”. Pero, es lamentablemente mencionar que más de 40 mil jóvenes en todo el país estudian durante cinco años en las universidades y escuelas superiores la carrera profesional de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, y, al terminar su profesión, poco o nada pueden hacer para poder ejercer libremente el periodismo, debido a que el Congreso de la República -desde hace 25 años- no ha debatido ni derogado la Ley 26937 impuesta por el dictador Alberto Fujimori estableciendo que no es obligatorio el reconocimiento en el Colegio de Periodistas del Perú para el ejercicio de la profesión periodística y que cualquier persona, titulado o no titulado, es libre de expresar su pensamiento en los medios de comunicación, no teniendo en cuenta las leyes 15639 que declara -en 1965- el reconocimiento oficial del ejercicio del periodista y la Ley 23221, propugnada en 1980, que crea el Colegio de Periodistas del Perú, como norma obligatoria para el ejercicio profesional.
Con esta medida, Fujimori no tomó en cuenta que los periodistas son profesionales de carrera porque se titulan en una universidad, tan iguales que los de otras especialidades; asimismo, estableció que no es obligatorio el reconocimiento del profesional para su ejercicio en el Colegio de Periodistas del Perú, con motivo de desaparecerlo, y que cualquier persona es libre de expresar su pensamiento en los medios de comunicación, tal como hasta la fecha se sigue ejerciendo con el consentimiento de empresarios de medios de comunicación, para carecer sus derechos laborales y sociales.

Esta nefasta Ley 26937 de Fujimori, estableció que para ejercer la profesión del periodismo no es obligatorio ser periodista profesional colegiado y dio inicio para que aparezcan los diarios “chicha” o “prensa vulgar”, que fue fomentado en todo el país para favorecer su dictadura, creando -de esta manera- el caos informativo, la ausencia de la ética profesional y la irresponsabilidad informativa que cada día se agrava más.
En esa prensa vulgar aparecen comentaristas en los medios de comunicación que no tienen título de periodistas, que invaden la sociedad. Incluso, la misma población se “acostumbra” a esa forma de vida. De igual manera, las autoridades y representantes políticos, por conveniencia propia, “dominan” esa rutina que impone la “prensa vulgar” con la ofensa a la dignidad y el honor a diario, difamando y denigrando a quienes se opongan a esta mala información que se vive hasta ahora.
Este ejercicio ilegal de periodismo tiene que acabar. De inmediato se debe derogar la Ley 26937 si verdaderamente queremos que el país cambie socialmente. Debemos regresar el periodismo honesto, ético, responsable y profesional, sin abdicar su tarea de investigación y denuncia contra la corrupción y delincuencia, dentro de las normas legales vigentes.
El exdecano nacional del Colegio de Periodistas del Perú, Orlando Meléndez (QDDG), fue uno de los primeros en iniciar la lucha contra la arbitrariedad de Alberto Fujimori y el mezquino desinterés de los congresistas para derogar la Ley 26937. Meléndez, en su oportunidad dijo: “Lo que buscamos es que se derogue esa ley y en la nueva que emita el Congreso de la República para los periodistas se nos considere y reconozca con lo que somos: profesionales. Se ha puesto en riesgo nuestra profesión porque cualquiera no puede ejercer el periodismo sin antes haber pisado un centro de estudio superior”.

“Miles de jóvenes ingresan a las universidades a estudiar cinco años, se sobre entiende a seis con el título profesional, y al final, una mala ley -como la 26937- les dice: “Lo tuyo no es una profesión, cualquiera puede ser periodista”, mientras tanto, parlamentarios del Congreso de la República se siguen negando a derogar la ley 26937, resultando ser todo esto un contrasentido que ofrece el mismo Estado y se produce una burla a la juventud estudiosa y al mismo periodista colegiado que sigue esperando ansioso que el Congreso corrija el inmenso error totalitario de Fujimori, en el cual, algunos dirigentes del Colegio de Periodistas del Perú callan y no se garantiza el libre ejercicio profesional del periodismo, la honradez, libertad y la democracia en el país”.