Coronel Ejército Peruano Iván Loayza Abregú

| Por: Guillermo Alfonso Uribe Lengua

Administrador y creador de contenidos

del grupo de Facebook «Iqueños en la Historia»

Hoy, nuestra columna de “Iqueños en la Historia» rinde homenaje a uno de los mejores armadores que ha dado el deporte del basketball; rinde homenaje a un gran amigo, al oficial EP, coronel Iván Loayza Abregú.

La historia:

Iván, desde muy niño esperaba con muchas ansias la Navidad, se despertaba e iba corriendo -con sus apenas 5 años- a buscar debajo del árbol, sabía que encontraría sus primeros regalos y ahí estaba, abría el que ya sabía: su pelota de fútbol.

Empezaré narrando su historia y señalando que la práctica del deporte se la inculcó su señor padre desde los 5 años, regalándole una pelota de futbol en cada Navidad, su mejor regalo; su padre le permitía participar en los partidos de fulbito matinales y vespertinos con los amigos de su querida urbanización Santa María.

Su niñez fue transcurriendo con la práctica deportiva del futbol; sin embargo, a los diez (10) años, en su querida urbanización Santa María se pone de moda el baloncesto y, como no sabía jugar, siempre quedaba relegado sin ser elegido para participar. En ese escenario, y por feliz coincidencia, en Santa María se aperturaría una academia de basketball a cargo del recordado profesor Pedrito Aparcana, quien -por suerte- era amigo personal de su señor padre, pudiendo inscribirlo para aprender y poder jugar con sus amigos de barrio; podría decirse que ese momento marcaría el inicio de su carrera deportiva, inicio que años después le llevaría a vestir la camiseta de la Escuela Militar de Chorrillos y de la Selección Peruana de Basketball.

Tal vez, parte de su crecimiento y de su proceso en lograr sus objetivos fue llegar a estudiar al colegio que lo albergaría en parte de su primaria y toda la secundaria, y, más aún, contento al enterarse que el Colegio San Vicente contaba, en su disciplina deportiva de baloncesto, con el gran entrenador y mejor persona Luis Renán Piconne Pacheco, logrando obtener ahí sus primeros títulos escolares en la categoría de Minibasket Escolar, en los años 1983 y 1984, llegando a ser considerado el mejor jugador de minibasket en ese último año.

Estos torneos le ayudaron a ser convocado en varias ocasiones a la selección de minibasketball de Ica, llegando a ser subcampeón nacional en la ciudad de Trujillo, en el año 1985.

Después de esta categoría de menores fue invitado por el mismo profesor Renán Piconne al equipo de mayores, a entrenar con los más grandes. Lejos de ser un obstáculo, esto le valió como una motivación adicional para entrenar más duro, logrando finalmente ser titular del equipo en el Campeonato Interescolar, junto a compañeros como Carlos “Pinocho” Florián, Fernando “Fenaco” Massa, José “Vitoco” Gómez, Alain “chino” Meza y otros amigos más.

Luego de la época escolar vino la etapa más difícil de su vida, elegir su futuro; tomando con la familia la decisión de postular a la prestigiosa Escuela Militar de Chorrillos (EMCH) y, más aún, porque sabía que en ese instituto armado se jugaba un basket de alto nivel.

Ingresó a la EMCH en el año 1989 y tuvo el honor de integrar el Equipo de Basketball de Superior en dicho año, equipo conformado por grandes deportistas militares, que incluso habían sido campeones nacionales con la Escuela Militar de Chorrillos y participado en campeonatos sudamericanos de clubes campeones en diferentes países; logrando ese primer  año jugar al menos cincuenta y cuatro (54) segundos en toda la temporada, repitiéndose la historia de anteriores oportunidades donde al parecer no tendría opción de alternar o ser titular con jugadores tan valiosos y tan talentosos; siendo ello un nuevo aliciente para no desanimarse sino, por el contrario, motivarse a entrenar muy duro y esperar su oportunidad; la que llegaría al año siguiente, cuando fue convocado a la Selección Peruana de Juveniles, desempeñándose como armador titular en el Campeonato Sudamericano de Santa Fe, Argentina, torneo donde también asistió  otro gran deportista iqueño, el hoy general de Brigada Fernando Uribe Muñante, formados ambos en el Colegio San Vicente de Paúl de Ica,  bajo las órdenes del entrenador Renán Piconne Pacheco

Actualmente, viene desarrollando su vida profesional como oficial del glorioso Ejército del Perú. Iván es una muestra que, cuando se desea, la profesión y el deporte pueden ir de la mano.

Hoy, estos dos militares en actividad, Iván Loayza y Fernando Uribe, son ejemplos a seguir para los jóvenes de nuestra región y ejemplo de constante superación.

Larga vida, coronel Iván Loayza Abregú.

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