Hay hombres y mujeres cuyas vidas son perdurables, que dejan una huella honda en su comunidad, en su país de origen; y hay otros que se proyectan a nivel universal, como el poeta sullanero Carlos Augusto Salaverry, quien naciera en la hacienda La Solana, entonces jurisdicción del distrito de Querecotillo, el 4 de diciembre de 1830.
Fue hijo del general Felipe Santiago Salaverry, gran protagonista de páginas de la historia nacional en la época de los caudillos, pocos años después de proclamada la independencia nacional; su madre fue doña Vicenta Ramírez Duarte, dueña de la hacienda donde nació y de otras en territorio peruano y ecuatoriano.
En el Museo de Sullana, que dirige Carmen Cruz Delgado, en la sala de exposiciones del Museo Luis Cruz Merino, de La Perla del Chira, se exponen objetos vinculados con este bardo, a quien una de sus admiradoras ya mencionaba como un ruiseñor, desde que el poeta estaba vivo.
El poeta nació en jurisdicción sullanera, lo probamos con una carta de la permanencia de su padre en Alamor, y por el análisis de su partida de bautismo en la Iglesia Matriz de Piura, en la que se registra la cláusula “ex licencia parroquia”, que significa, que el bautizado provenía de otra jurisdicción eclesiástica, diferente a la que recibía el agua bautismal, y en la partida de Salaverry se estampa la mencionada cláusula, o sea, fue bautizado en la parroquia de San Miguel Arcángel de Piura, pero no nació en esta ciudad.
Por obligarle el código civil de la época, el niño Carlos Augusto fue trasladado a Lima para vivir con su padre y con su esposa, doña Juana Pérez Infantas. Derrotado Salaverry por Santa Cruz, en medio de guerras intestinas, fue fusilado en Arequipa, y la viuda y sus dos hijos se radicaron en Chile para librarse de la persecución de los enemigos del caudillo, que había sido el gobernante de la República más joven que ha tenido el Perú.
Regresaron 4 años después. A los 15 años de edad, Carlos Augusto se inició en la carrera militar y, en comisión de trabajo, regresó a Piura, como queda registrado en el Archivo Histórico Militar del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú.
Su vida personal y en la política
Se casó con Mercedes Felices, cuando tenía 20 años. Fue un matrimonio efímero. Después amó a Ismena Torres, cuya familia se opuso al romance, trasladándose a Europa para no vincularla al poeta. Su amor por Ismena se transparenta en un diario en prosa que poco después publicaría hecho poesía, con el nombre de “Cartas a un Ángel”.

Carlos Augusto Salaverry participó en política, fue secretario del presidente Mariano Ignacio Prado y estuvo presente en el combate del 2 de Mayo de 1866. Perteneció al cuerpo diplomático y visitó Estados unidos, Inglaterra, Francia e Italia. De regreso a Lima fue activo partidario del presidente García Calderón. Se encontraba en Lima cuando se protagonizó la Guerra con Chile.
Murió en París el 9 de abril de 1891, y siempre es recordado por la comunidad en general, como el máximo representante del romanticismo en el Perú, en cada acto solemne en Sullana y el Perú. Los restos del poeta estuvieron en Paris por más de 7 décadas, hasta que se eligió a una comisión para repatriarlos. Hoy reposan en el cementerio San José de Sullana, desde 1964.
Sullana honra la existencia del poeta, dándole el nombre a un colegio, a una calle, a una urbanización, al salón principal del local del Concejo Provincial, y con un busto en la frontera de su emblemático colegio. En Lancones hay un busto en la plaza principal del pueblo, y un colegio en Alamor lleva su nombre; es decir, que Salaverry está en la memoria colectiva de los peruanos y particularmente de los sullaneros, como lo dice el poeta Marco Martos Carrera.
La obra de Carlos Augusto Salaverry
Las obras de Carlos Augusto Salaverry no se limitan a la poesía Acuérdate de mí; escribió teatro y música, compuso valses y escribió ensayos, es decir fue un hombre multifacético que sigue vivo a 132 años de su desaparición física.
“Arturo” es una de sus publicaciones, de igual manera Atahualpa; en este rubro están El Bello Ideal, El hombre del siglo XX y El Amor y el Oro. Mención aparte merecen Albores y Destellos, Diamantes y Perlas, Misterios de la Tumba y Cartas a un Ángel, poesía que mueve el alma. Si no la han leído, acérquense al poeta y lean sus publicaciones.
En la Biblioteca Nacional de Lima se guardan documentos manuscritos del poeta, entre ellos la carta de su padre en Alamor, que publiqué en las 3 ediciones de mi libro Historia de Sullana, y varias de sus poesías, tanto como su obra en prosa, es decir que he podido recrearme con la caligrafía del poeta y la lectura de muchas de sus poesías aún inéditas que he consultado en diferentes archivos y bibliotecas de Lima.
En 1916, a 25 años de su muerte, el Club Catacaos de Lima solicitó a las autoridades municipales capitalinas que el parque ubicado frente a la iglesia de Santa Teresita, en Santa Beatriz, se llame Carlos Augusto Salaverry. Hemos estado indagando entre los vecinos del parque por el nombre, pero ninguno lo recuerda, no nos consta si el Concejo provincial tomó el acuerdo accediendo a lo solicitado.
