Pocos, pero suficientes para dar la cara exigiendo nuestra seguridad, así fue la primera y gran marcha pacífica de protesta ante la ola de violencia y muerte que los chinchanos han soportado en estas últimas semanas del presente año 2023.
La organización fue improvisada y contra el tiempo, pero sobrepasó la voluntad de cada uno de los integrantes de este colectivo. Los primeros convocados fueron los deudos de las víctimas de la delincuencia.
A partir de las 5.00 pm, cerca de 100 personas, con polos y globos blancos, portando -además- carteles con frases muy expresivas acerca de su indignación contra la inseguridad ciudadana, salieron por las principales calles de la ciudad de Chincha para sensibilizar a las personas que aún no se han sumado a este sentir.
En el perímetro de la plaza de armas, en la primera institución pública donde desataron esos gritos mezclados con impotencia fue en la comisaría. Allí los familiares de los abatidos a manos de la delincuencia: Medardo Caraza Cobos, Walter Salazar Castilla, Fernando Aquino Félix, entre otros, al unísono pidieron a nuestra policía mayor reacción y captura para los autores de estas muertes.
En la plaza de Banderas, algunos familiares no pudieron contener más ese dolor y decidieron expresarse públicamente, a ver si algunos ciudadanos que de lejos escuchaban se unían a este sentir.
«No tengo palabras, no tengo consuelo. Hoy puede ser él, mañana alguien de ustedes. Si permitimos esto la delincuencia nos va avasallar. Es momento de unirnos y no ser indiferentes», concluyó la hija del vigilante abatido, policía en retiro Medardo Caraza Cobos.
Mientras que otro de los deudos de las víctimas enfatizó: «Acá debería estar el alcalde o el coronel de Chincha, pero parece que a nuestras autoridades nada le importa la seguridad de nuestras familias».
(Marco Pachas Castilla)
