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COL. 046
En nuestro Perú, en cualquier trabajo y, especialmente en los del Estado, cualquier trabajador que no aprueba la calificación respecto al desempeño de sus funciones, sencillamente, debe ser despedido. Eso sería lo más correcto porque todo pago de remuneraciones (sueldo o salario) debe hacerse a cambio de una contraprestación que tiene que brindar el servidor que recibe el pago. Si así fuera, todo estaría correcto ¿No es cierto?
¿Cree usted, amable lector, que exista alguna empresa privada que tenga servidores que sean impuntuales, mentirosos, flojos, sinvergüenzas, incompetentes, ignorantes, sucios? ¡NO!
Sin embargo, en nuestro sufrido Perú nos damos el lujo de tener algo peor. Tenemos una clase de servidores públicos de alto nivel remunerativo que se les conoce como congresistas y también -indebidamente- como “padres y/o madres de las Patria” porque el 90% de ellos merecen todos los calificativos que he señalado líneas arriba. Sin embargo, esta élite remunerativa, desde hace muchísimos años, vienen estafando y robándonos a todos los peruanos, ya que inmerecidamente cobran con puntualidad por un servicio que no brindan o lo brindan mal.

Sin embargo, los peruanos, por ese temperamento conformista que tenemos, vivimos soportando a estos impresentables que deben ser declarados como “los mayores sinvergüenzas de la Patria” porque, lejos de estar capacitados para ejercer el cargo de congresista, están acompañados de una “Hoja de Vida” que incluye sentencias por delitos comunes, entre los que -inclusive- están los de robo, abuso de autoridad, apropiación ilícita, tráfico de influencias, agresiones físicas, etc. El colmo es que algunos se encuentran sentenciados y cumpliendo condenas en la actualidad, pero no pasa nada.
Una de las más grandes preocupaciones de los peruanos es conseguir trabajo y para ello deben cumplir exigentes requisitos, como título profesional, certificados de estudios, antecedentes laborales, antecedentes penales y policiales, etc. Sin embargo, para ser congresista basta que tengas algún dinero disponible para pagar al partido o al frente que te llevará entre sus filas como candidato, y luego viene todo lo que hartamente conocemos: congresistas ignorantes, con vocabulario de cantina, con poses y gestos vulgares y destemplados, comportamiento delincuencial, mocha sueldos, vende votos, y tantas otras cosas negativas que sería ocioso enumerar porque faltaría espacio.
Supuestamente, contra ellos nada podemos, pero ya es tiempo que ejercitemos nuestro derecho de vivir con dignidad y valentía. Para ello, debemos unirnos y organizarnos de tal manera que, mediante protestas sin violencia y desde todos los frentes, exijamos el desafuero de todos estos come echados y que se realice una reforma inmediata de ese Congreso que, por ahora, es un antro de delincuentes y corruptos que tanto daño hacen al país con su mal ejemplo, y a la Patria, estafándola de la más vil manera ya que le cobran por un trabajo que no cumplen y que, si lo hacen, lo hacen mal. Aquí no podemos sacar cara por ningún partido ni por ningún frente porque, al final, pactan entre todos ellos para seguir manteniendo sus privilegios, sin la más mínima vergüenza ni dignidad. Si es que no lo sabe, amable lector, estos caraduras gozan de una serie de beneficios que, aún después de haber dejado la labor congresal siguen esquilmando al Estado:
*Quedan cobrando pensión sin tener derecho a ello. Cualquier otro trabajador tiene que haber cumplido el ciclo de aportaciones y/o haber cumplido 65 o 70 años para ello.
*No contribuyen como los demás ciudadanos con el sistema de Seguridad Social. Ellos tienen seguros privados y en lujosas clínicas. En el colmo de la desfachatez, cobran aguinaldos equivalentes a sus jugosos sueldos, mientras los trabajadores -activos y cesantes- cobran apenas 300 soles. Además, tienen “canasta” y “bonos” aparte de los gastos de representación. No sé a quiénes representan, porque el pueblo los detesta.
*Si quieren tener derecho a jubilación, pensión, deben acogerse a cualquiera de los sistemas o planes que existen en el Perú y cumplir con sus aportaciones. *Deben cumplir su mandato y luego buscar empleo, como cualquier ciudadano.
*Para postular deben cumplir ciertos requisitos en el que se debe incluir un examen psicológico y psiquiátrico.
*Deben cumplir con las leyes de manera más puntual, ya que deben ser un ejemplo de civismo, decencia y legalidad.
Por último, deben tener muy presente que se postula al Congreso para servir al pueblo y no para hacerse rico a cambio de negociados y coimas.