
| Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia
de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica
Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones
En la Biblioteca Nacional del Perú, sobre todo en la colección Porras Barrenechea y en la hemeroteca del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, hemos consultado una diversidad de diarios nacionales de la costa, sierra y selva, de los siglos XIX y XX. En cada uno se contiene un sinnúmero de noticias vinculadas con sucesos locales, regionales y nacionales que, en suma, se convierten en fuentes primarias para recrear los hechos históricos de cada espacio del interior del país.
Uno de los diarios que hemos tenido a la vista es “La Unión”, de Chincha Alta, del viernes 19 de septiembre de 1913, con un contenido rico en noticias que reflejan la vida cotidiana en Chincha Alta, proyectando -además- noticias de todo Ica, y del acontecer nacional, de carácter político y de sucesos relacionados con el Congreso de la República.
Noticias de política y democracia
Una de las noticias está referida a la discusión en la Cámara de Diputados sobre la conformación de la nueva municipalidad de Lima, mientras desempeñaba el cargo Nicanor Carmona Vílchez, y lo terminaría al año siguiente, contándose con la oposición del doctor Plácido Jiménez, que había sido ministro durante el primer gobierno de Augusto B. Leguía; al término del debate, Jiménez se dirigió al Club de la Unión, hasta donde fue perseguido por los oponentes a su postura, quienes casi llegaron a agredirlo.
Lo sucedido en el Congreso generó las protestas del diputado Rafael Grau, un gran orador, puesto que la policía no había hecho nada por proteger al diputado Jiménez cuando fue perseguido hasta el Club de la Unión. En su ardorosa intervención, el doctor Grau sostuvo que fueron turbas pagadas por los enemigos políticos de Jiménez, y en su protesta lo apoyaron varios de su bancada, caldeándose el debate en el hemiciclo.
Rafael Grau fue hijo de Miguel Grau, y era abogado y político peruano que había ganado la diputación por la provincia de Cotabambas entre 1905 y 1917; queda constancia en los Libros de Debates del Congreso de la República su preocupación por asuntos de la defensa nacional y de relaciones exteriores. Grau fue también alcalde del Callao.
El diputado Grau murió asesinado el 4 de mayo de 1917, durante un enfrentamiento con el bando de sus opositores políticos en Palcaro, Apurímac, generando en todo el país, un hondo pesar su deceso. Sus hermanos responsabilizaron directamente de su muerte al presidente José Pardo. En su memoria, existe la provincia de Grau, creada por ley Nº 4008 del 4 de noviembre de 1919.

Otro tema digno de destacar en esta edición de “La Unión” de ese día, es la noticia que se presenta sobre la aprobación en la Cámara de Senadores de la Ley que permitía el ejercicio público de los cultos no católicos, lo que significaba la modificación del artículo N° 40 de la Constitución vigente, pero siempre señalándose que el Estado protegía a la religión católica.
De carácter internacional y local
No faltaron noticias internacionales, como la expulsión de los chinos residentes en Panamá; o las expresiones sobre americanismo por un estadista estadounidense que elogia las consecuencias de la apertura del Canal de Panamá, que se construía en el independizado país que antes fue parte de Colombia.
No podían faltar los avisos de las boticas de turno en la ciudad, y por esos avisos nos enteramos que existían una de Francisco F. Ríos; y la de nombre Botica del Pueblo, de Reinaldo del Campo.
Al parecer había gran preocupación por los cultivos y la cría de animales, puesto que se ofrecía productos para mejorarlas, e incluido máquinas casi industriales para mejorar el triturado de las uvas y producir un mejor vino. Por una publicación específica, es evidente que en Chincha Alta había una sucursal del Banco Italiano.
Hay avisos de abogados, entre ellos U. L. Montoya Aguirre, domiciliado en la calle Italia; del doctor Mariano H. Tueros, con su estudio en la calle Ica; también ejercían esa profesión Lizandro T. Alva; Francisco F. Ríos, y, E. R. Adrianzen y S. Asimismo había Juzgado de Paz de primera nominación, y un abogado, Lorenzo Saravia, para defensa de las causas de los indígenas, Saravia era miembro de la Asociación Pro Indígena de Lima, y su delegado en Chincha, por disposición del presidente Joaquín Capelo.
Por la cantidad de avisos es evidente la intensa actividad comercial. Hay ofrecimientos de oficios diversos, desde expertos en el arte culinario, sombrerería, instrumentos musicales, lavandería, leñateros, pastelería y dulcería, imprenta y otros. Ejercía como médico cirujano Segundo E. Salcedo.
En la edición del 19 de septiembre de 1913 se dio cuenta de la velada por el aniversario italiano, con alabanzas a la unificación desde hacía más de cuatro décadas en ese país; asimismo, a la fiesta organizada entre peruanos y chilenos por el aniversario de la independencia del país del sur. Así como se da cuenta de la relación de pasajeros que salían de viaje para Lima, y de los que posiblemente irían a Chile, en reciprocidad al recibimiento y atenciones que se hizo en Lima a los obreros procedentes de Chile, como una estrategia para fortalecer la confraternidad. Pareciera inexplicable este comportamiento, ya que Tacna y Arica continuaban cautivas en poder de Chile.
Algo que resulta jocoso es la poesía satírica a la viruela, cuestionando a los concejales, que no hacían nada por impedir que el mal avance. La viruela diezmaba a la población en varias localidades del país, y a modo de enfrentamiento, se encara a los entonces regidores que lo que querían era convertir a Chincha Alta en un desierto, sin población. De modo que, como se puede apreciar, los diarios de la época son una gran fuente documental, para recrear la historia de una localidad.