| Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Past Decano del Consejo Regional de Ica
Colegio de Periodistas del Perú
Reg. FPP. 5385
Reg. CPP. 030
Perdonen que sea demasiado severo al referirme al periodismo, profesión a la que vengo dedicado más de cincuenta años en ejercicio, pero, lo hacemos porque estoy seguro. No exagero si analizamos cómo se encuentra y se desenvuelve esta digna profesión en el país, diremos que ante una severa crisis política y económica que a diario nos sucede y somos parte de una ausencia moral, estamos en silencio, sin elevar la voz y el grito de protesta de la sociedad que es atacada por la corrupción en todo nivel social, desde autoridades, delincuencia, asesinatos, sobornos y todo tipo de maldad que agobia al país.
La crisis se ahonda cada día más, los muertos y los escándalos políticos desde el gobierno nacional, ministros, congresistas, gobiernos regionales y alcaldes, constituye -en la mayoría de los casos- las noticias del día y la razón de ser de algunos propietarios de medios de comunicación radial, escritos y televisivos. Existen instituciones y un Colegio de Periodistas del Perú que no se dan cuenta que tenemos un periodismo que no contribuye a fortalecer nuestra sociedad, confrontar una crisis que pone en riesgo la libertad de prensa y que atenta contra los derechos de una sociedad libre y democrática.
Justo Chávez Espinoza, past decano nacional del Colegio de Periodistas del Perú, dijo que existen periodistas que se hacen valer como si ellos fueran “el cuarto poder del Estado” en vez de mantenerse como interlocutores válidos entre el gobierno y la opinión pública, ciñéndose -de esta manera- estrictamente a los valores éticos que condicionan su ejercicio, es decir, guardando siempre el respeto a la verdad, imparcialidad y manteniendo una auténtica vocación de servicio. Deben ser responsables que cuando exigen respeto a la libertad de expresión no deben confundirse con el libertinaje, ofendiendo honras, montando campañas calumniosas y “cubriendo” delitos como si esto fuera la libertad de prensa, agregó el destacado periodista.
La historia del periodismo en Ica
Si nos remontamos a diversas etapas que reflejan la evolución de la comunicación en la región, desde los primeros periódicos hasta la era digital, diremos que el periodismo ha desempeñado un papel crucial en informar a la comunidad local. En el siglo XIX, surgieron los primeros intentos de periodismo impreso en Ica con la creación de periódicos locales que buscaban informar sobre eventos relevantes y cuestiones sociales. Estos medios sentaron las bases para el desarrollo del periodismo en la región.
Con el tiempo, la llegada de la tecnología y la mejora en las técnicas de impresión, permitieron un mayor alcance y calidad en los periódicos locales. Durante el siglo XX se establecieron medios más consolidados, como “La Opinión” y “La Voz de Ica”, que abordaron temas políticos, sociales y culturales, contribuyendo así a la formación de la opinión pública.
En las últimas décadas, la digitalización ha transformado el panorama del periodismo en Ica, al igual que en todo el mundo. La proliferación de medios en línea, blogs y redes sociales ha cambiado la forma en que se consume la información, desafiando a los medios tradicionales a adaptarse a esta nueva realidad.
Hoy en día, el periodismo en Ica sigue siendo vital para mantener a la comunidad informada sobre los acontecimientos locales, nacionales e internacionales. La combinación de la rica historia periodística y la adaptación a las nuevas tecnologías demuestra la resiliencia y la importancia continua del periodismo en Ica.
Gonzalo Tueros Ramírez, past decano del Consejo Departamental de Ica, Colegio de Periodistas del Perú, al referirse sobre la responsabilidad del periodismo fundamentó diciendo: “con los enormes recursos materiales que tiene a su servicio, puede cumplir una función más trascendente. No hay actividad de contenido social que tenga mayor amplitud de acción. De allí la gran responsabilidad del periodismo. En síntesis, es la actividad coordinadora del espacio y tiempo en un modo ansioso de novedad, por lo que le debemos dar amplia cooperación y protección vigilante. Es tal la eficacia renovadora que, en sí mismo, lleva por su propia naturaleza la función restauradora de la dignidad humana, pues la información y el comentario, por tendenciosos que sean, permiten el diálogo, la comunicación y el conocimiento, aunque sea parcial de lo que ocurre”.
