Erick Johan Nolberto Curaca iba a cumplir 20 años de edad el próximo 28 de abril, sin embargo, ayer el destino le deparó un trágico final.
Se encontraba realizando, junto a unos compañeros, trabajos de corte de una pared, utilizando una amoladora, pero quizás una mala maniobra provocó que perdiera el control de esta herramienta que terminó cortándole el cuello cuando hacía esta labor sobre un andamio metálico de 5 metros de altura, aproximadamente.
Todos miraban atónitos esta escena de sangre. Sus compañeros solo se limitaron a pedir auxilio, mientras que un grupo de vecinos acudieron a socorrerlo y trasladarlo al hospital de EsSalud.
Ya había perdido demasiada sangre, es por ese motivo que los médicos de turno solo pudieron certificar su fallecimiento.
Enterados de este lamentablemente acontecimiento, los familiares de Eric iniciaron las primeras indagaciones, conjuntamente con la Policía, llegando a determinar que si bien es cierto el extinto realizaba trabajos para una conocida ferretería, era un contratista quien estaba a cargo de la ejecución de la misma.
En la comisaría se realizaron las primeras diligencias, y declaraciones del responsable de dichos trabajos, quien se comprometió a costear los gastos de sepultura de Erick y concretarlo hoy de manera formal.
El Chino Johan, como era conocido cariñosamente el desafortunado muchacho, es el quinto de ocho hermanos. Sus restos ya son velados en su domicilio del asentamiento humano Señor de los Milagros, en Chincha. Sus deudos piden una exhaustiva investigación de lo ocurrido y sanción para el responsable de la obra, pues se presume que no contaba con las medidas de seguridad en el momento se los hechos.
(Marco Pachas Castilla)