Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Past Decano del Consejo Regional de Ica
Colegio de Periodistas del Perú
Reg. FPP. 5385
Reg. CPP. 030
El ejercicio del periodismo en nuestros días deja enormes vacíos éticos. Manipulación, sensacionalismo, desinformación, rumores convertidos en noticias, falta de verificación de los hechos, reporteros que simultáneamente informan y opinan, se han vuelto “necesarios” muchas veces en el cubrimiento noticioso en nuestro país.
Existen periodistas que ejercen sus labores en medios de comunicación, sin tomar en cuenta las normas e importancia de lo que significa que sus funciones deban hacerlas con ética profesional, porque solo así están representando el cumplimiento de sus funciones con principios de imparcialidad, objetividad y veracidad. En la actualidad, periodistas profesionales y/o comunicadores sociales se olvidan de manejar o considerar estos valores que son esenciales en el quehacer periodístico, del cual es el único responsable.
La ética periodística constituye los derechos y las responsabilidades morales que todo periodista debe adoptar a la hora de ejecutar su trabajo. El periodista debe tener capacidad de analizar, evaluar y sintetizar la información obtenida. La responsabilidad ética de cada uno es imprescindible, porque compromete a tomar decisiones correctas al asumir compromisos equitativos y reflexivos, con el fin de generar un buen ejercicio profesional en cada uno de ellos.
La transparencia es fundamental en la labor periodística. Los medios de comunicación deben mostrar claramente la fuente y el contexto de la información que presentan. Leyendo a Eudoro Terrones, señala que el periodista ético actúa de conformidad con su conciencia ética y su sentido social. El periodista no solo escribe para su consumo sino para los demás, porque al comunicar está desarrollando y dando a conocer su opinión, sea esta buena o mala, y aquí va implícito el compromiso, la percepción ideológica, el criterio político y la manera de ver el hecho que informa.
El periodista ético es un combatiente del egoísmo, el interés lucrativo, los prejuicios y dogmas. Para eso debe conciliar con las normas legales y morales que debe tener, concediendo el derecho de ratificación a las personas afectadas por informaciones y comentarios inexactos; igualmente, debe eliminar fotografías que ofrecen perspectivas desagradables de personas fotografiadas. Lo mismo, es inconmovible frente al halago de la opinión o la codicia del poder.
También es importante que el periodista debe evitar declaraciones que colocan en una posición incómoda a los entrevistados, siempre respetando las opiniones ajenas, aunque no la comparta, porque un periodista ético es y debe ser luchador de la democracia que debe existir en los medios, respetando los derechos humanos. Igualmente, por la existencia pacífica y buenas relaciones debe formular afirmaciones, comentarios y críticas ajustadas a la verdad, la lógica y la justicia.
El periodista ético hace las cosas buenas de manera consciente, voluntaria, libre, honesta, responsable y según el bien común que se presente. El periodista evita el soborno en beneficio propio y no se olvida de rechazar privilegios, prerrogativas o ventajas personales, no aceptando invitaciones que pongan en peligro su reputación o independencia de criterio. El buen periodista no desacredita a los competidores, sean estos instituciones, empresas o medios, no atribuyendo a otros colegas lo contrario de la que él dijo o escribió.
El periodista no debe confundir periodismo con publicidad ni propaganda. Siempre debe evitar editar defectos físicos, problemas psicológicos y la ignorancia de las personas. No debe murmurar, delatar y adular. Nunca debe firmar escritos que no haya visto, leído, oído o redactado previamente, y tampoco defiende una ofensa personal como si fuera un asunto público; tampoco conjeturas muchas veces dadas como hechos establecidos.
El periodista ético no debe hacer preguntas indiscretas e impertinentes sobre cuestiones íntimas de las personas en encuestas y entrevistas. Siempre procura que sus comentarios estén libres de posiciones político-partidarios, informando con veracidad, honestidad y responsabilidad lo que acontece en la realidad natural y social.