LA VOZ DE LOS BICENTENARIOS

Mg. Juan Carlos Romaní Chacón

Presidente del Comité Patriótico Bicentenario

de la Independencia del Perú – Provincia de Ica

Con 7 buques, 233 cañones y 1,928 hombres

Conmemorando los 204 años del embarque de la Expedición Libertadora del Perú

– Desde las playas de Valparaíso, Chile; hasta las playas de Paracas, Pisco, de nuestro departamento de Ica.

Hoy, martes 20 de agosto del 2024, se cumplen 204 años de la operación militar anfibia multinacional más grande de la historia del continente americano; vale decir, estamos conmemorando 204 años del Embarque de la Expedición Libertadora del Perú, que comandó el general argentino don José de San Martín, desde las playas de Valparaíso, Chile, hasta las playas de Paracas, Pisco, de nuestro departamento de Ica. A continuación, compartimos algunas líneas de oro del libro “Epopeya de la Libertad”, editado y publicado hace cien años, en 1921, con motivo del Centenario de la Independencia del Perú:

El embarque

La orden de marcha fijaba el día 20 de agosto como el de partida, y como lugar de embarque la arenosa playa de Valparaíso, desde el Castillo de San José hasta el arsenal (hoy entre los muelles fiscales y de la Bolsa), debiendo los cuerpos de Quillota dirigirse, por los caracoles del Barón hacia el embarcadero. Desde el día 18 se comenzó el embarque, haciéndolo en la flota de transportes mandada por el capitán Délano, compuesta por las fragatas Dolores, Gaditana, Emprendedora, Consecuencia, Santa Rosa, Águila, Mackena, Perla, Jerezana, Peruana, Minerva, Libertad y Argentina; los bergantines: Potrillo y Hércules, y la goleta Golondrina. Todo el material fue embarcado en 14 lanchones. Estas 40 embarcaciones fueron escoltadas por las de guerra, cuya fuerza era:

– Fragata “O’Higgins” (almirante): Cañones: 50, Tripulación: 516, Comandante: Tomás Crosbie.

– Navío “San Martín”: Cañones: 64, Tripulación: 492, Comandante: Guillermo Wilkinson.

– Fragata “Lautaro”: Cañones: 50, Tripulación: 353, Comandante: Martín Jorge Guise.

– Corbeta “Independencia”: Cañones: 28, Tripulación: 256, Comandante: Roberto Foster.

– Bergantín “Araucano”: Cañones: 16, Tripulación: 110, Comandante: Guillermo Cater.

– Bergantín “Galvarino”: Cañones: 18, Tripulación: 114, Comandante: Juan Spry.

– Goleta “Moctezuma”: Cañones: 7, Tripulación: 87, Comandante: Jorge Young.

Total: buques 7; cañones 233; tripulación 1,928 marinos y 4,642 soldados.

El jefe de la escuadra era Cockrane, subordinado al generalísimo, quien embarcaría en el navío de su nombre. El día 19 quedó todo expedito para la salida de la expedición, tan largos años apetecida por San Martín, quien, en esta fecha, como tarjeta de despedida dejó sus dos más hermosos documentos: Decíale a la Historia: “Se acerca el momento en que yo voy a seguir al destino que me llama. Voy a emprender la grande obra de dar la libertad al Perú. Voy a abrir la campaña más memorable de nuestra revolución y cuyo resultado aguarda el mundo, para declararnos rebeldes si somos vencidos, o reconocer nuestros derechos si triunfamos…Fiado en la justicia de nuestra causa y en la protección del Ser Supremo, os prometo la victoria. El día más grande de nuestra revolución está próximo a amanecer”.

Y al Cabildo de Buenos Aires, para él en ese día representante de la patria suya y de sus soldados, le escribía: “El día de mañana da la vela “La Expedición Libertadora del Perú”. Como su general, tengo el honor de informar a V.E., que representa al pueblo heroico, al virtuoso pueblo más digno de la historia de Sud América y de la gratitud de sus hijos; protestando que mis deseos más ardientes son por su felicidad; y que, desde el momento en que se erija la autoridad central de las provincias, estará el ejército de los Andes subordinado a sus órdenes superiores con la más llana y respetuosa obediencia”.

El día 20 de agosto de 1820, onomástico de O’Higgins, la expedición solo aguardaba la señal de partida. A las 9 de la mañana la artillería de los buques y la de tierra atronaban el espacio al hacer los honores a las enseñas e insignias que se afianzaban en los mástiles de las naves listas a hendir las aguas del Pacífico, siguiendo la estela aún brillante de Brown, y conduciendo, por segunda vez, el alma argentina a las playas hermanas del Perú

Cuando el sol de ese domingo desaparecía en el océano, sus rojos fulgores eran interceptados por la albura de las velas –era el primer diseño de la bandera peruana– el viento las infló y se perdieron en el horizonte y la noche, en busca del puerto y el día sin ocaso de la libertad.    

Fuente: EPOPEYA DE LA LIBERTAD

Pág. 49 – Manuel C. Bonilla – Lima, Perú 1921

Registro HP 384

Biblioteca Municipal “José de San Martín” Ica

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