Mg. Juan Carlos Romaní Chacón
Presidente del Comité Patriótico Bicentenario
de la Independencia del Perú – Provincia de Ica
3 de setiembre de 1820:
Día catorce de navegación de la Escuadra Libertadora
La desaparición de las fragatas “Águila” y “Santa Rosa”
Homenaje al militar inglés patriota Guillermo Miller
Un día como hoy, hace 204 años…repasamos el Diario Militar de las operaciones del Ejército Libertador, y nos detalla lo siguiente: 3 de setiembre de 1820: “Estaba nublado y en calma, con la falta de los buques dichos. A las once y media aclaró sin viento y a las siete y tres cuartos de la noche, entró una ventolina muy corta con la que pudo comenzar a navegar el convoy. Los buques que faltaban aún, no habían parecido”. (1)
Y el Boletín del Ejército Unido, Libertador del Perú, en su primera edición del 5 de octubre de 1820, impreso en el Cuartel General en Pisco, nos reafirma: Octubre 5 de 1820: “El convoy siguió su viage el 25 con vientos favorables, que arreciaron demasiado hasta la latitud de 27º 2” S. y 73º 32” de longitud O., en que se separó del convoy el trasporte Águila. El vice – Almirante de la Escuadra dispuso a la altura de 24º 37” S. que el bergantín Araucano fuese en demanda del Águila al segundo punto de reunión, y la escoltase hasta el tercero. En la misma latitud se separó el trasporte Libertad.
Después de 13 días, cientos de soldados perdidos en altamar, pasando mil peripecias; y, en el Diario Militar de las operaciones del Ejército Libertador se registra lo siguiente: “Los días 14 y 15 de setiembre señaláronse por la producción de tres acontecimientos extraordinarios. Fue el primero la aparición en Pisco de la fragata “Santa Rosa”, alias “Libertad” perdida y ansiosamente aguardada desde el 3, y en cuyo casco eran conducidos, al cuidado y a las órdenes de Miller, dos compañías del batallón argentino No. 8, otras tantas de la artillería de los Andes. Había llegado del puerto al cuartel general, un parte con el anuncio, e incontinente alegría rompió risueña en todos los corazones. Se le mandó fondear en Paracas, con los otros buques, y allí proceder al desembarco de su preciosa carga. Era porque los elementos necesarios para la operación, se encontraban todavía en esa ya denominada “bahía de la Independencia”.
La preciosa carga de Guillermo Miller: dos compañías del batallón argentino No. 8 y otras tantas de la artillería de los Andes
“Fue el primero la aparición en Pisco de la fragata “Santa Rosa”, alias “Libertad” perdida y ansiosamente aguardada desde el 3, y en cuyo casco eran conducidos, al cuidado y a las órdenes de Miller, dos compañías del batallón argentino No. 8 (legendario batallón de soldados patriotas afro argentinos), otras tantas de la artillería de los Andes…” – Estos valiosos datos nos permiten rendir homenaje al militar inglés patriota, Guillermo Miller, que llegó al Perú, al mando de cientos de soldados afro argentinos; luchando por salvar la vida de sus hombres, en altamar, perdidos por 13 días; en medio de tormentas y los temidos vientos “paracas”, de la costa sur del Perú. Recordemos que entre los meses de agosto y setiembre se producen los vientos paracas que, en el actual departamento de Ica, en tierra, causan estragos en la población, y en altamar mucho más; fenómeno climatológico que es característica de la costa peruana. He ahí el mérito de Guillermo Miller, un inglés, un extranjero viajando a tierras desconocidas, que logró la hermandad entre soldados afro argentinos y afroperuanos, que a su vez unieron sus fuerzas en Pisco para luchar por la causa de la libertad e independencia del Perú.
Enseguida presentamos algunos datos sobre Miller, otro prócer de la independencia del Perú, injustamente olvidado: “El Ejército Libertador, con San Martín a la cabeza, se embarcó del puerto de Valparaíso el 20 de agosto de 1820, onomástico de Bernardo O’Higgins, cuyo gobierno colaboró en financiar la expedición al Perú. Llegaron el 7 de setiembre a Paracas y el día 10 a Pisco. Miller sería el único militar que, habiendo formado parte de esta inédita expedición, combatió en las batallas de Junín y Ayacucho, que sellaron la independencia peruana. En la primera lo hizo bajo las órdenes de Simón Bolívar, y la segunda bajo las directrices de Antonio José de Sucre. En las Memorias, Miller indica que la entrada que la expedición libertadora hizo a Pisco, fue motivada por el interés que tenía San Martín de iniciar el reclutamiento de esclavos para incorporarlos a las fuerzas patriotas, como -efectivamente- lo realizó.
En junio de 1820 se le asignó a Miller el mando del batallón número 8 del Ejército de los Andes, con el rango de teniente coronel. Las tropas de este batallón estaban compuestas principalmente por negros libertos de Buenos Aires, en la medida que San Martín no era de la opinión de mezclar en la misma unidad a soldados blancos con los ex- esclavos y castas de color, más aún si estos estaban armados. No obstante, a lo largo de las Memorias, Miller da muestras de la empatía que tenía con su batallón de negros libres, a quienes elogiaba por su valor, constancia y patriotismo, además de su buena conducta. En otro acápite de las Memorias, Miller se detiene en alabar la capacidad musical de su tropa, haciendo notar que la banda del batallón 8 contaba con 27 músicos, de los cuales tres tenían conocimientos musicales y el resto tocaban de oído. Entre ellos destacaba Sarmiento, quien era hijo de mulata y de un negro africano, sabía leer y escribir e, inclusive, realizaba composiciones. El que el batallón que él dirigía tuviera una banda musical fue siempre motivo de orgullo. Habiendo estado Miller en el Río de la Plata y Chile, antes de llegar al Perú, estuvo en condiciones de comparar el trato que se les daba a los esclavos en estos diferentes lugares, llegando a la conclusión que donde se les trataba con mayor rigor y exceso era en los grandes plantíos de azúcar y viñas de la costa peruana, ya que se les encerraba como carneros en galpones o barracones, cercados por una alta tapia para evitar que se fugaran. Miller reflexiona entonces sobre la revolución de Haití que en 1804 se constituyó en la primera república negra de América, opinando que la capacidad de los negros no era inferior a la de los blancos, opinión que debe haber resultado controvertida en ese momento. El acercamiento que tuvo Guillermo Miller con los sectores populares durante el proceso de independencia es notable. No solo fue próximo al batallón número 8 de negros criollos, sino también tuvo cercanía con las guerrillas y montoneras que apoyaron sus incursiones, sobre todo en la sierra. Las guerrillas no le resultaban desconocidas, había tenido contacto con ellas durante los ataques contra las tropas francesas en España.
Fuentes:
(1) “Diario militar de las operaciones del Ejército Libertador, desde el 18 de agosto de 1820, en que principió su embarque, hasta el 9 de octubre de dicho año”.
Odriozola “Documentos Históricos del Perú” Tomo IV, libro “Epopeya de la Libertad” Lima, Perú 1921
Biblioteca Municipal “José de San Martín” Ica – Perú – Registro No. HP 384