Por: Santos Alejos Ipanaqué
Quienes han leído y olvidado “Los diálogos de Sócrates, Platón y Aristóteles” hoy les recuerdo que no sienten envidia por los que con sus actos y obras personales construyen y restauran los valores inculcados desde su aurora juventud.
“El método Socrático se basa en la indagación y en la dialéctica para analizar y buscar la verdad. Cuestiona todo aquello que se sabe o se asimila, elimina las pretensiones de certeza y busca detalles para llegar a un entendimiento general o a una comprensión más profunda de un tema particular”.
Sócrates piensa que el bien emana de la conciencia. Cada uno de nosotros puede determinar lo bueno y lo malo, haciendo una introspección.
Sócrates no solía decir qué era lo bueno, sino que interrogaba qué es lo bueno, descubierto por sí mismo.
Cada quién crea su propia máxima de moral. No puede ver que algo sea bueno para una persona y malo para otra.
La moralidad no estaría dada por algo que es exterior al hombre, sino que se descubre en su interior.
Platón pensaría que todos los hombres participan de la misma idea del bien. En nuestro interior descubrimos una misma verdad que es efectiva para todos los seres humanos.
Aristóteles criticaría a Sócrates diciendo que el bien no puede ser conocimiento y que no implica la parte racional de nuestra alma, sino que, para hacer el bien, también vale la voluntad.
Entonces, ¿por quién quieres conducirte?
Depende de cada uno, ¿no?
De nada va a servir, o somos buenos o somos malos. No hay otra.