Arde el Perú
Por: Luz Mery Canales Trillo
@LuzCanalesTrillo
Vicegobernadora regional de Ica
El Perú arde en llamas, desde hace días es incontrolable el fuego que arrasa con una extensión de miles de hectáreas de terreno. Hoy nuestro país enfrenta un grave problema ambiental con más de 173 incendios forestales que han afectado a 20 regiones. Las más impactadas son en Cusco (31 incendios), Huancavelica (21) y Huánuco (17), según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) de Indeci. Otras zonas como Cajamarca (14 incendios), Amazonas y Ucayali (con 11). El fuego incontrolable ha destruido más de 3,300 hectáreas de áreas naturales y tierras de cultivo, afectando la biodiversidad y comunidades cercanas a donde se desataron estos siniestros.
Los gobiernos regionales no pueden controlar este siniestro, los bomberos y población hacen sus esfuerzos para evitar más afectación a la flora y fauna, pero no logran atenuar esta ola de fuego que arrasa incontrolablemente. El llanto desgarrador de los pobladores de comunidades afectadas es dramático, se puede percibir la impotencia de ver morir a sus animales quemados sin que el Estado pueda intervenir.
Debido a los incendios forestales, 10 personas han perdido la vida y hay más de 1,876 damnificados. La magnitud de los incendios excede la capacidad de respuesta de las regiones y alcaldías cercanas, generando preocupación nacional.
Zonas críticas de la Amazonía, incluidas áreas protegidas, están gravemente afectadas.
La respuesta del gobierno no solo fue tardía sino es insuficiente, no se ha logrado controlar, pese a que se conocía la magnitud que se extendía de otros países colindantes. No se ha declarado el Estado de Emergencia y no se ve una intervención más combativa de las Fuerzas Armadas, es necesario que el gobierno despliegue todas las reservas y mecanismos posibles para enfrentar esta amenaza de incendio forestal. Ya se han perdido vidas humanas y animales en especies que se conservaban en peligro de extinción.
Todo esto ha ocurrido mientras la mandataria priorizaba un paseo fúnebre a un expresidente condenado por delitos de lesa humanidad, un dictador que fue liberado bajo un indulto ilegal. Las regiones del Perú exigiendo al gobierno su intervención, mientras los canales de televisión nacional en símbolo de reverencia cubrían largas jornadas de cortejo fúnebre. A nadie se le desea la muerte y ninguna muerte se celebra, pero se debe ser consecuente en un gobierno democrático se respeta el Estado de derecho, donde prevalecen los derechos humanos.