Científicos de la Universidad de Yamagata de Japón descubrieron 303 nuevos geoglifos en un trabajo de campo de 6 meses en la Pampa de Nasca, donde se encuentran los geoglifos emblemáticos de las Líneas de Nasca, como el mono y la araña, gracias a la ayuda de la inteligencia artificial que aceleró el trabajo de los especialistas en el campo.
Los resultados de los numerosos geoglifos fueron dados a conocer en conferencia de prensa por los arqueólogos Masato Sakai, profesor de antropología cultural por la Universidad de Yamagata, y Jorge Olano, de la Universidad de París, y el embajador del Japón en el Perú, Tsuyoshi Yamamoto.
Yamagata indicó que el hallazgo es el resultado de un experimento piloto en el que trabajaron 1o personas y que se realizó en colaboración con la compañía IBM de los Estados Unidos.
Señaló que la cifra total de goeglifos hallados es 303, que se suman a los 430 hallados anteriormente y que en total suman 733 en la Pampa de Nasca, pero, precisó, que hasta el momento solo se ha explorado un 30% y que aún falta ese 70%, que demandará más tiempo.
Los geoglifos gigantes de tipo lineal representan predominantemente animales silvestres y están distribuidos a lo largo de una elaborada red de geoglifos lineales y trapezoidales, y que es probable que se utilizaban para actividades rituales comunitarias.
En tanto, los geoglifos pequeños en relieve representan motivos relacionados a la actividad humana, donde se pueden distinguir seres humanos y camélidos domesticados, y comúnmente están situados a poca distancia de senderos serpenteantes, explicó.
El tamaño promedio de los nuevos geoglifos es de 9 metros, puede haber más grandes o más pequeños, pero esa es la media, puntualizó.
Indicó que desde el 2004 la Universidad de Yamagata ha desarrollado investigaciones sobre los «geoglifos de Nasca».
A través de un trabajo de campo a largo plazo, el objetivo principal de este estudio es recopilar datos esenciales sobre los geoglifos, para -eventualmente- comprender el propósito de su uso y ejecución.
Yamagata indicó que se han utilizado tecnologías de teledetección, como imágenes satelitales, fotografías aéreas y capturas de imagen con drones, realizando amplios estudios de campo en la Pampa de Nasca, que abarcan un área aproximada de 400 kilómetros cuadrados que han alimentado a la inteligencia artificial para finalmente, dar con los geoglifos.
Agregó que ante la confirmación de una cantidad tan grande de geoglifos figurativos en la Pampa de Nasca, pocas veces visto y que aún falta mucho por descubrir, es necesario implementar métodos más eficientes para comprender su distribución.
Sostuvo que, con el fin de mejorar tanto la precisión como la velocidad de sus investigaciones, se integró el uso de inteligencia artificial (IA).
«El método tradicional de estudio, que consistía en identificar visualmente los geoglifos a partir de imágenes de alta resolución de esta vasta área, era lento y conllevaba el riesgo de pasar por alto algunos de ellos. No obstante, el uso de la IA en la investigación nos ha permitido mapear la distribución de los geoglifos de una manera más rápida y precisa», acotó.