| Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Past Decano del Consejo Regional de Ica
Colegio de Periodistas del Perú
Reg. FPP. 5385
Reg. CPP. 030
Es increíble, son pocos los que así quieren creer, pero existen muchos más afirmando que la corrupción en nuestro país se ha convertido en una de las principales amenazas de la democracia, debido a que se vulneran los principios del buen gobierno porque no se cumple con los preceptos éticos presentes en la sociedad, vulnerando de esta manera los derechos humanos de miles de personas y, de manera particular, afectando a la niñez y juventud en diversas formas de su vida para que puedan crecer física, mental y socialmente sanos y libres.
La corrupción ha tomado el control del Perú. Se ha transformado en un círculo vicioso que afecta cada aspecto de la vida social y económica en cada hogar del país, destruyendo la confianza de los ciudadanos y, parece mentira, generando una especie de “resignación” en cada persona, que solo se traduce en tener más pobreza e informalidad en la sociedad; sin embargo, no se da la respuesta a esta crisis de corrupción, se queda en una sola y simple denuncia que es “publicitada” por los medios de comunicación, sin llegar a una verdadera justicia, a propuestas concretas que permitan combatir a este mal desde que nace, en sus raíces.
La corrupción se encuentra enclavada en las municipalidades, gobiernos regionales, sector público, Policía Nacional, justicia, Ministerio Público, Congreso de la República y ministros de Estado.
El impacto más visible es la ineficiencia e ineficacia del Estado en el supuesto afán de ejecución de proyectos de desarrollo, donde encontramos hospitales a medio terminar o paralizados, carreteras de baja calidad o destruidas, escuelas abandonadas por falta de mobiliario y una incapaz enseñanza de calidad; asimismo, una seguridad ciudadana inerte, comunidades que no tienen servicios de agua potable y alcantarillado son testimonios de cómo los fondos públicos son desviados en forma descarada a bolsillos personales, es decir, cada sol robado por algunas autoridades o funcionarios van a llenar la riqueza ajena.
La corrupción afecta a los niños
Como dije anteriormente, la corrupción siempre afecta a los derechos de los niñas y niños en nuestra sociedad, quienes, debido a la falta de protección especial, actualmente tienen fácil acceso a los medios de comunicación y a la información cotidiana acerca de las noticias de su país y del mundo, con lo cual toman conocimiento de una serie de actos de corrupción cometidos por funcionarios públicos y autoridades electas, muchos de los cuales no son sancionados ejemplarmente o quedan simplemente impunes.
En ese sentido, los niños como espectadores podrían interpretar que ser una persona corrupta no trae consecuencias y deja un mensaje muy negativo no solo para ellos, sino también para la sociedad en su conjunto. Tenemos que decir que aquello impacta en la vida libre y el desarrollo de los niños, su formalización moral y cívica que tendrán mañana como ciudadanos, sencillamente, porque la aceptación o no de la corrupción es algo aprendido en la niñez.
Por todo ello, se deben hacer todos los esfuerzos posibles para luchar contra la corrupción. Nuestro sistema de educación está marcado por esta terrible problemática. De qué serviría obtener apoyo económico para mejorar la educación en los países pobres, si los fondos no llegan a los centros educativos de inicial, primaria y secundaria y, por qué no, de la universitaria, donde los jóvenes tienen que tomar ese reto, ese desafío y, por qué no, la responsabilidad de poder enseñar a los políticos a ser mejores.
Gobernador regional, alcaldes provinciales, distritales y autoridades del sector público, una vez más deben asumir sus responsabilidades y retar a la corrupción. No existen límites, sólo hay que trabajar. La corrupción se ha enquistado en todas partes.
AHORA, DEPENDE DE USTEDES PARA CAMBIAR EL FUTURO DE ICA Y DEL PAIS.