| Por: Luz Mery Canales Trillo
@LuzCanalesTrillo
Vicegobernadora regional de Ica
El proceso que se sigue contra Andrés Hurtado, un presentador cómico, ha dado un revés estrepitoso develando la podredumbre que existía dentro del Consejo Nacional de la Magistratura. Además, quedó al descubierto los vínculos que se tenía para que la fiscal Elizabeth Peralta pueda intervenir en los casos de Keiko Fujimori y Joaquín Ramírez, ambos investigados por lavado de activos, buscando archivar los casos.
Una maleta llena de ropa y zapatillas, varios USB, documentos y escritos con órdenes de eliminar toda información de las plataformas digitales y correos electrónicos; todo esto se encontró en el allanamiento a casa de la fiscal Paralta. Todo indicaría que estaba preparada para escapar. Hasta el momento no ha entregado su equipo celular ni su número telefónico. Estas conductas y lo allanado en su domicilio podrían ser recursos que alimentan el pedido de la fiscalía para solicitar prisión preventiva, dado a que, se puede demostrar el peligro de fuga y el peligro procesal, presupuestos que se evalúan para que el juez dictamine en una audiencia de prisión preventiva, su encierro provisional mientras duren las investigaciones.
El Consejo Nacional de la Magistratura se desactivó justamente, al descubrirse la existencia de toda una red de jueces y fiscales enredados en actos delictivos con bandas organizadas del Callao, los denominados “Cuellos Blancos”. Dicho sea de paso, el juez Cesar Hinostroza fugó antes de su detención preliminar y hasta hoy sigue prófugo.
Es penoso que todo el sistema político y judicial se hayan contaminado en descrédito, sin garantías de una verdadera independencia de poderes y un efectivo proceso judicial que proteja a la población que busca justicia. Ahora, no solo se habla de la calamitosa desprotección y la vulnerabilidad de la ciudadanía, sino también de la corrupción de quienes imparten esa protección. Lamentamos los atropellos desde el Congreso con leyes inconstitucionales, rechazamos que desde el ejecutivo se hayan sometido a un control dictatorial congresal contra el país y, por supuesto, deploramos que desde el Poder Judicial y el Ministerio Público hayan llevado al Perú a la más absoluta miseria en cuanto a garantías procesales y justicia.
Lo que hoy se revela es una escena que continúa de los Cuellos Blancos, que involucra a magistrados, políticos y el hampa. Más personajes políticos empiezan a revelarse en todo este circuito de tráfico de influencias, cohecho y lavado de activos escandalosos.