
Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Past Decano del Consejo Regional de Ica
Colegio de Periodistas del Perú
Reg. FPP. 5385
Reg. CPP. 030
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La situación se hace más difícil en el Perú. Ante la falta de trabajo, por la política de este gobierno, el aumento de la informalidad laboral ha causado un impacto negativo para conseguir desarrollo y crecimiento económico del país, principalmente en lo que respecta a la productividad de los trabajadores y su propio bienestar social, y el acceso al crédito; con esto, crece más la pobreza extrema al reducirse al Estado y la recaudación tributaria, de manera significativa.
Al decir empleo informal quiero decirles que es todo trabajo que no está registrado, regulado o protegido por marcos legales o normativos, incluso, los trabajadores no cuentan con contratos de empleo, protecciones laborales o tiempo de servicios, así como, seguros sociales o médicos, y -por último- representaciones de los trabajadores -llamados sindicatos- para cualquier reclamo.
Los trabajadores informales en el país se caracterizan por poseer pocos ingresos, poca productividad y tener bajo nivel educativo.
Es alarmante la situación. El INEI ha informado que más del 70% de peruanos trabajan en la informalidad y precariedad. Solo el 26.5% trabaja para una empresa formal y recibe sus beneficios por ley. Dio a conocer que 17 millones 319,900 peruanos trabajan, pero de esa cifra el 73.5% labora de manera informal. En ese sentido, solo el 26.5% trabaja para una empresa formal y reciben sus beneficios por ley.

La informalidad laboral viene en aumento. Más del 70% trabajan en la informalidad, 7 de cada 10 peruanos tienen empleo informal, no tienen beneficios laborales ni ganan una remuneración mínima, tampoco seguro de salud o médico, no están afiliados a las AFP ni reciben CTS, y los más afectados son los jóvenes que son considerados en el sector informal porque no encuentran otra alternativa. La situación se vuelve más preocupante en las zonas rurales.
Para reducir la informalidad sería necesario implementar políticas que promuevan la formalización de manera gradual, eliminando barreras burocráticas y brindando incentivos a las empresas y trabajadores que se formalicen; al mismo tiempo, es fundamental crear un entorno económico estable y seguro, que motive a las personas a participar en la economía formal. La educación y la capacitación también juegan un rol importante para crear una cultura de formalidad en el país.
En el Perú, la mayoría de las personas que trabajan de forma informal suelen estar en sectores económicos de baja productividad y con pocas barreras de entrada. Podemos incluir a trabajadores en microempresas y pequeños negocios, por ejemplo, el comercio ambulatorio, tiendas, mercados y servicios como peluquerías, transportes informales, entre otros.
Son considerados también los trabajadores independientes o autónomos que se auto emplean en ocupaciones como albañilería, carpintería, fontanería, reparación de electrodomésticos y otros servicios. Estos trabajos generalmente se realizan sin un contrato formal ni beneficios laborales, igualmente, los trabajadores en el sector agrario con el mayor índice de informalidad, especialmente en áreas rurales
La falta de experiencia en el caso de los jóvenes y los adultos mayores, hace que ambos grupos se vean obligados a aceptar trabajos informales, igualmente las mujeres en empleos domésticos y de cuidados, también trabajan sin contratos ni seguro social.
La falta de acceso a empleos formales y la dificultad de cumplir con las exigencias del sistema laboral formal contribuyen a que estas personas permanezcan en la informalidad. La implementación de políticas inclusivas y accesibles sería crucial para reducir estos altos índices de informalidad en el Perú.