Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Historiador, director del Museo Electoral y de la Democracia
de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana del Jurado Nacional de Elecciones
El 28 de noviembre de 1822 se publicó el primer número del periódico bisemanal “El tribuno de la República Peruana”, redactado por José Faustino Sánchez Carrión, personaje vinculado a los ideólogos de la independencia en el Perú, ocupando un gran lugar dentro de la memoria colectiva nacional.
Como es sabido, en diciembre de 1821 el general José de San Martín, Protector de la Libertad del Perú, convocó al primer proceso de elecciones municipales en el Perú independiente, y al primer Congreso Constituyente, para definir la forma de gobierno que tendría el país que ya no estaba políticamente vinculado a la Corona de Castilla, y para dar la primera Constitución de la Nación Libre y Soberana.
En esos años del Bicentenario de la Proclamación de la Independencia Nacional, en todos los pueblos del Perú se ha experimentado el deseo de dar a conocer los sucesos, hechos y personajes que los enlazaban con el proceso de la independencia, y, con toda seguridad, esta búsqueda continuará hasta después del 2024, tras la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho.
Sin embargo, es justo reconocer que hay lugares que tienen permanentemente asegurada una carta de presentación en todos los tiempos, pues en sus contornos vieron la luz peruanos y peruanas que han dejado un fuerte testimonio de su vinculación con esas horas de la lucha por la independencia y por el futuro de una patria libre.
José Faustino Sánchez Carrión
El Solitario de Sayán, nació en Huamachuco el 13 de febrero de 1787 y falleció en Lurín, Lima, el 2 de junio de 1825. Fue hijo de Agustín Sánchez Carrión y de Teresa Rodríguez y Ledesma. Se le recuerda como un precursor de la independencia, como ideólogo y político peruano, con decisiva participación en definir la forma de gobierno republicana para el Perú.
Estudió en la Universidad de San Marcos. Fue uno de los redactores de la Constitución Política del Perú de 1823, que fue una Carta Magna de corte liberal; y tras el retiro del general San Martín del Perú, conformó la comisión destinada a Guayaquil para invitar al general Simón Bolívar al Perú.
Cuando Simón Bolívar se instaló en el Perú, fue su Secretario o Ministro General, acompañándolo a lo largo de su campaña en territorio peruano, siendo encargado de gestionar los recursos para el Ejército Unido Libertador, vencedor en Junín y Ayacucho. Entre 1824 y 1825 fue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores.
Tras estudiar con maestros privados, en 1802 empezó a estudiar en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo, y por no tener vocación religiosa, estudió Derecho en el Real Convictorio de San Carlos, a cargo de Toribio Rodríguez de Mendoza, difusor de ideas del liberalismo en el Perú. Se graduó de bachiller en leyes en 1813 y se recibió de abogado el 5 de noviembre de 1818.
JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRIÓN
Pinacoteca del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú
Entre la oratoria, el derecho y la docencia
El alumno Sánchez Carrión se destacó como orador desde que era estudiante, y sus escritos llamaron la atención de propios y extraños; en 1810 hizo el elogio poético de José Baquíjano y Carrillo, el fundador de la Sociedad Amantes del País, quien moriría unos años después. No olvidemos que desde esta Sociedad salió la publicación periódica “Mercurio peruano”, desde la que se difundió el mensaje de peruanidad, el mensaje de patria, que llevaría a muchos hombres y mujeres a involucrarse con la gesta de la independencia.
Su fama lo llevó a que se le designase como orador en el segundo aniversario de la Constitución de Cádiz, ocasión en la que mencionó abiertamente la necesaria igualdad entre criollos y españoles, contrariando al virrey Abascal, quien ordenó que no se le encomendaran más discursos. No por esto se le puede considerar como racista, por no haberse mencionado a los indígenas, aceptación que -con toda seguridad- sabía que vendría de a pocos.
Alternaba su labor de abogado con la docencia, enseñando leyes y cánones, y el curso de Digesto Viejo en la Universidad de San Marcos. Al año siguiente de su graduación como abogado, casó el 8 de noviembre de 1819 con María Josefa Antonia Dueñas. A poco de esto se le alejó de Lima, por los rumores de difusión de sus ideas de patria y libertad, que hicieron que el virrey Pezuela lo considerara peligroso, sobre todo porque en Lima circulaban los rumores de la pronta venida del ejército libertador, que ya era un hecho previsto por los patriotas y que llenaba de temores a los realistas.
Se retiró a Sayán, en Huacho, y luego se afirma que fue a Trujillo, hallándose presente en la proclamación de la independencia en esa ciudad, sin estar presente en la de Lima por el viaje que realizó a Huamachuco, por la muerte de su padre. Al retornar a Lima, en 1821, continuó con su manifestación partidaria por el gobierno republicano, mientras que el general San Martín, a partir de la realidad que se vivía en la América liberta, postulaba la monarquía constitucional como la forma de gobierno para el Estado peruano, por la tradición del gobierno incásico, la experiencia virreinal, y por el deseo de reconciliar el pasado con el presente que se vivía, en una sociedad que debería alejarse de los odios al retomar la senda independiente.
En contra de la monarquía constitucional
Bernardo de Monteagudo, que defendía los planes monárquicos de San Martín, debatía con Sánchez Carrión en la Sociedad Patriótica. Sin embargo, el discurso de Sánchez Carrión fue más convincente y su mensaje fue asociado por un gran número de peruanos, mientras que Monteagudo fue expulsado del Perú.
Sánchez Carrión fue elegido diputado por Trujillo en el primer Congreso Constituyente del Perú, actuando como secretario y como miembro de la comisión que fue encargada de redactar la Constitución de corte liberal, promulgada en 1823.
Después del retiro del general San Martín del Perú, se manifestó abiertamente partidario de llamar al general Simón Bolívar para terminar la guerra de la independencia, tras lo ocurrido en la Campaña a Puertos Intermedios, siendo él y José Joaquín Olmedo los comisionados para ir a Guayaquil y tratar con Bolívar su traslado al Perú, retornando al país con el libertador del Norte, quien lo admiraba mucho y lo nombró ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores.
Sánchez Carrión, a quien se le inmortalizaría como “El Tribuno de la República”, falleció el 2 de junio de 1825 en Lurín, contando con 38 años de edad. Tras su muerte circularon las más inverosímiles conjeturas, llegando a sospecharse que Bolívar ordenó su envenenamiento. Para Sánchez Carrión no debería primar el sistema de gobierno monárquico, era abiertamente republicano, con gobiernos no vitalicios, sino con tiempos de acuerdo a la Constitución; su postura estuvo alejada de considerar un tiempo intermedio, del tránsito de la Monarquía a la República.