Mientras el ministro del Interior insiste en que el tema de inseguridad que se vive en el país es una cuestión de percepción ciudadana, la delincuencia en todas sus modalidades continúa avanzando a límites alarmantes por la situación de indefensión en que se halla la ciudadanía.
Ahora que se ha incrementado el turismo interno y los comerciantes emprendedores viajan más continuo para traer mercadería, la delincuencia está teniendo como blanco de sus asaltos a los buses interprovinciales que trasladan pasajeros sin ningún tipo de seguridad.
En lo que respecta al tramo Ica-Lima-Ica, la empresa Perú Bus ya se ha salvado de varios intentos de asalto, como el registrado el último domingo a las 9:20 de la noche a la altura de Pisco, en la modalidad de falso pasajero, según se difundió en las redes sociales.
En todos los casos, los asaltos fueron frustrados gracias a la rápida acción de los choferes que cerraron inmediatamente la puerta delantera del ómnibus para evitar que suban los facinerosos. En uno de los hechos los maleantes dispararon contra el bus y en otros hicieron disparos al aire para intimidar a la tripulación y pasajeros.
Las empresas de transporte sin duda estarán tomando sus propias medidas de seguridad; pero, nunca se sabe en qué momento o circunstancia actuarán los indeseables que gustan vivir del dinero ajeno.
Prevención
En ese sentido, el Frente Policial Ica, dentro de su Plan Navidad Segura 2024 que deberá poner en práctica desde el 1 de diciembre próximo, haría muy bien en reforzar la labor preventiva destinando un mínimo de dos efectivos policiales para que viajen de civil en los buses, confundiéndose con los pasajeros. Todo en factor sorpresa y en directa coordinación con directivos de las empresas, a fin de que no se filtre la información de esa presencia oculta para no alertar a los ladrones gatilleros; debido a que los controladores y boleteros podrían estar en contacto con ellos.
Siempre hemos dicho que la Policía no debe actuar sobre hechos consumados, y que con una eficiente labor de inteligencia debería desbaratar los planes perversos de las organizaciones del crimen que se han injertado entre peruanos y extranjeros para cometer sicariato, extorsión, reglaje, asaltos a mano armada, trata de personas, entre otras fechorías. Si no los frenamos a tiempo, los propios policías, fiscales y jueces podrían ser víctimas de sus atrocidades.
Daniel Bravo Dextre