Por: Lic. Jesús Acevedo Herrera
Past Decano del Consejo Regional de Ica
Colegio de Periodistas del Perú
Reg. FPP. 5385
Reg. CPP. 030
Existen muchas razones que nos lleva a esta reflexión. ¿Por qué los peruanos somos tan malos, inconscientes e irresponsables a la hora de escoger al gobernante? ¿Acaso la democracia no funciona en el Perú? Si se trata de la democracia, partamos diciendo que un sistema democrático para que funcione bien debe cumplir con ciertas condiciones que lo hagan viable como los principios básicos que, en nuestro país, siempre está en contraposición y no es ajeno a este fenómeno.
El analista Miguel Palomino (IPE) señala que -en el Perú, antes que aparezca el internet hace más de una década- la institucionalidad (estructura y militancia de cada partido político) recibieron ataques permanentes y junto a la elevadísima inflación e hiperinflación, se empezó a socavar la institucionalidad partidaria, doblegando la democracia que era un conjunto de reglas que nos hacía capaces de vivir como sociedad.
Si queremos analizar esta situación, en el segundo gobierno de Belaúnde, el primer gobierno de Alan García, luego el de Fujimori que se declaró enemigo de los partidos políticos para predominar su nuevo partido en cada elección y ser reelecto, abriendo el camino para que cualquiera pudiera aspirar a la Presidencia con partidos que no duraban ni para la siguiente elección, convirtiéndose en alianzas electorales de conveniencia y sin propósito común. A todo esto, Toledo lanzó la desastrosa ley de regionalización, agravando el problema al surgir movimientos políticos locales y regionales que tienen como “ambición” elegir a gobernadores, alcaldes y congresistas.
Nos permite afirmar que estamos condenados a votar por casi desconocidos, pero, ¿por qué los peruanos al votar elegimos mal? A la mayoría de las personas no les interesa la política, porque ahora hay más que ayer y vemos a “políticos” que son simples mentirosos, ladrones, incapaces, abusivos, ignorantes e hipócritas. Reafirmemos esta condición observando en Ica a precandidatos al Gobierno Regional, alcaldes provinciales, distritales y futuros congresistas que se dedican -en su mayoría- a pelearse y embarrarse entre ellos.
Asimismo, la mayoría de peruanos carecemos de información adecuada y, por tanto, no podemos elegir bien a quienes vamos a preferir. La mitad de los peruanos trabajan duro y no tienen tiempo para informarse, comprar un diario, una revista, la radio y la televisión que no pasan la información completa que se necesita, porque todo se concentra en asaltos y muertes, fútbol y espectáculos.
Estamos viviendo en una incertidumbre social, los políticos y los partidos cambian de banda sorpresivamente, por no decir oportunistamente cuando quieren ejercen el poder. Y, el poder sobre las cosas y los hombres, les hacen creer que son superiores. Hay gente que pretenden renovarse cambiando de camiseta por tercera o cuarta vez. La manera es, ver cuánta gente no va a votar, así, por ejemplo, en las elecciones del 2011, 2016 y 2021, la cantidad que no fue a votar fue el 16.3% y el 30%, respectivamente. Es decir, la cantidad ha ido creciendo, hasta llegar a 7.5 millones que votaron en abril de 2021.
Es decir, la representación se debate en una profunda crisis, pues, el 30.1% de electores no eligió a nadie para representarlo. En otras palabras, de los 25.3 millones llamados a votar, solo 12.4 eligieron a los congresistas. Algunos especialistas calculan que estas cifras aumentarán en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias.
¿Cómo votamos? Como el voto es obligatorio, la mayoría se ha convertido en un acto rutinario, casi automático. No votamos por los que quisiéramos, sino por los candidatos que son fachadas, sin ideas ni programas, convertidos en vientres de alquiler que solo venden sus candidaturas, ofrecen pulpa, pero, han demostrado que ponen solo mucho pellejo y huesos en sus listas.